BRASILIA, 28 ago (Xinhua) -- El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, informó hoy que la definición sobre el futuro del senador boliviano Roger Pinto Molina, procesado por corrupción en su país, está en manos de la presidenta Dilma Rousseff.
En su primera rueda de prensa tras asumir el cargo, Figueiredo subrayó que la relación entre Brasil y Bolivia no fue afectada por el incidente y que hay contactos fluidos entre los gobiernos.
Figueiredo asumió el cargo en reemplazo de Antonio Patriota, quien cayó como consecuencia de la crisis provocada por la salida no autorizada de Pinto Molina, quien se encontraba asilado en la embajada brasileña en La Paz.
"Quien conduce esa cuestión es la presidenta Dilma, y será hecho lo que ella determine. Los dos gobiernos están en contacto permanente. Por lo tanto, no se trata de una crisis con Bolivia en sí. Hay conversaciones en curso y será hecho lo que la presidenta determine", afirmó.
Esta tarde, el gobierno brasileño informó que la Comisión Nacional de Refugiados (Conare), un órgano técnico interministerial, analizará si cabe la condición de refugiado político al senador boliviano, quien perdió su condición de asilado diplomático al dejar su país sin salvoconducto.
El Conare dará un parecer técnico, y la decisión final de otorgar o no el asilo político corresponderá a la presidenta Rousseff.
El canciller comentó que conversó amigablemente con el embajador de Bolivia en Brasil, Jerjes Justiniano Talavera, esta mañana, durante la ceremonia de su asunción realizada en el Palacio de Planalto.
Aunque prefirió no manifestarse sobre la actitud del encargado de negocios Eduardo Saboia, responsable de haber traído ilegalmente a Pinto Molina a Brasil, el canciller dijo que una comisión de la cancillería investiga el caso, por lo que esperará los resultados para opinar.
Durante su discurso en el traspaso del cargo, Figueiredo señaló la necesidad del respeto y la preservación de las jerarquías en la diplomacia brasileña.