El estatal Instituto de Salud Pública (ISP) rechazó hoy la existencia de la toxina botulínica en el interior del organismo, luego de que el Ministerio de Salud solicitara una exhaustiva revisión tras las versiones de una presunta destrucción de armas químicas en esa unidad, provenientes del gobierno militar.
"Puedo asegurar, tras un arduo trabajo realizado por auditoría, que no tenemos toxina botulínica que pueda representar un riesgo para la población", aseveró la directora del instituto, María Teresa Valenzuela.
La semana pasada, la ex directora del organismo, Ingrid Heitman, señaló a la prensa alemana que en 2008 descubrió en el ISP la presencia de toxina botulínica, misma que relacionó a uso por parte de servicios de seguridad del gobierno militar de Augusto Pinochet (1973-1990), y ordenó su destrucción sin informar entonces a las autoridades.
En respuesta, el pasado viernes el ministro de Salud, Jaime Mañalich, instruyó al ISP a realizar una investigación, a fin de determinar "por qué ocurrió eso, cómo ocurrió, y cómo fueron a parar al ISP estas ampollas de toxina botulínica".
Valenzuela aseveró que "estamos muy abiertos a cualquier petición de la justicia, Ministerio del Interior, Ministerio Público", con tal de dar respuesta a cualquier solicitud que quieran realizar.
Respecto a la actuación de la ex titular del organismo, Valenzuela afirmó que no puede referirse "a algo que no depende de esta dirección, (aunque) este instituto no cuenta con incinerador desde 1999".
El ISP es una unidad destinada a efectuar investigaciones y planes de contingencia sanitaria del gobierno de Chile.
Las declaraciones de Ingrid Heitman han dado lugar a una serie de indagaciones judiciales en casos de violaciones a los derechos humanos cometidas durante el régimen militar.