Centenares de personas se concentraron este jueves ante la residencia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, tres días después de que la policía desmontara un campamento de "indignados" que acampó durante diez días frente a la casa del gobernador, en la zona sur de Río de Janeiro.
La marcha pacífica, que se enmarca dentro de la oleada de manifestaciones que se han extendido por todo Brasil, obligó a cerrar el tráfico en uno de los dos sentidos de la avenida Delfim Moreira, una importante vía que discurre frente a las playas de Ipanema y Leblon, en la zona noble de Río.
Los "indignados" pidieron insistentemente la dimisión de Cabral, que como jefe del gobierno regional es responsable de la Policía Militarizada, que ha sido muy cuestionada por la represión violenta de las manifestaciones de las últimas semanas.
La policía desmontó en la madrugada del pasado martes un campamento con una veintena de tiendas que permaneció diez días frente a la residencia del gobernador, ubicada en uno de los barrios más lujosos de Río.