El gobierno de Haití destacó hoy la reciente visita del presidente Michel Martelly a Guyana y Surinam, donde sostuvo encuentros con funcionarios de ambos países y con representantes de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Martelly llegó este lunes a Puerto Príncipe, donde anunció los logros de su visita, incluyendo la promoción del país en busca de inversionistas, acuerdos en el ámbito tecnológico, del turismo, la agricultura y la seguridad alimentaria, y la próxima instalación de un consulado en Surinam.
El mandatario haitiano llegó el pasado miércoles 20 a Georgetown, capital de Guyana, sede del CARICOM, donde se entrevistó con el embajador Irwin LaRocque, secretario general del bloque, así como otros representantes de la organización.
Martelly también se reunió con su colega guyanés Donald Ramotar, con el que abordó cuestiones referentes al comercio, la educación y el intercambio de productos, éste último razón de un acuerdo suscrito por los ministros de Comercio de ambos países.
Ramotar también se comprometió a alentar al sector privado de su país a invertir en el proceso de reconstrucción de Haití, señaló la presidencia haitiana.
En Surinam, Martelly y el presidente surinamés, Dési Bouterse, discutieron también en torno a la cooperación agrícola, además de la presencia haitiana en Paramaribo, la capital del país, y la apertura, "antes de fines de abril", de un consulado haitiano.
Según Martelly, que viajó acompañado por el canciller Pierre Richard Casimir, el ministro de Industria y Comercio, Wilson Laleau, Bouterse expresó su voluntad de regularizar la situación de los haitianos que residen ilegalmente en su país.
El gobierno de Haití lleva a cabo una ofensiva diplomática en la región y en otros continentes para presentar una nueva cara del país, promover el turismo y atraer inversiones.
El país se encuentra en pleno proceso de reconstrucción tres años después de un devastador terremoto que provocó la muerte de 222.570 personas y daños materiales por 7.900 millones de dólares.
El sismo también dejó un millón trescientos mil damnificados, de los cuales cerca de 360.000 siguen viviendo en tiendas de campaña.
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