Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) expresaron hoy su respaldo a las demandas populares contra la política económica neoliberal del gobierno del colombiano Juan Manuel Santos.
Una declaración dada a conocer en La Habana por el jefe de la delegación guerrillera al diálogo de paz colombiano, Iván Márquez, indicó que aunque Santos pretenda que la línea económica oficial no sea objeto de discusión en las pláticas, el pueblo lo está rebatiendo con movilizaciones, paros y protestas en toda Colombia.
El texto, leído en el Palacio de Convenciones de La Habana, sede de las pláticas, señaló que la actual crisis del sector cafetalero en el país sudamericano se debe a la desprotección impuesta por la política neoliberal a los campesinos productores, precios internacionales desfavorables y una sostenida sobrevaluación del peso frente al dólar.
La insurgencia colombiana sostuvo, además, que gran parte de la ciudadanía de su país opina que el impuesto predial -una de las principales rentas tributarias locales- se está convirtiendo en un atraco.
En su declaración de este miércoles, las FARC-EP mencionan también la actual huelga de trabajadores contra la multinacional Carbones de Cerrejón, en demanda de aumentos salariales y beneficios de educación, salud y transporte.
La comitiva rebelde se refiere, además, a protestas en otros sectores, como el cacaotero, el de vendedores ambulantes y transportadores, y denuncia la presencia de escuadrones represivos en poblados y carreteras, donde miles de productores de café protestan contra la situación de abandono de ese renglón agrícola.
El gobierno colombiano, de derecha, ha dicho que no negociará con "revoltosos", y el Ministerio de Agricultura justifica la represión brutal, alegando con falsedad que las FARC-EP atizan el conflicto, denunció la declaración.
Al respecto, la comitiva insurgente reiteró hoy, en la mesa de negociaciones, su propuesta de que "la pequeña y mediana propiedad cafeteras sean objeto de medidas inmediatas de protección, tales como subsidios, compensaciones y salvaguardas extraordinarias tendientes a la superación de la crisis estructural del sector".
El comunicado puntualizó que las exigencias populares tienen que ser respondidas favorablemente, y concluyó: "Merecen toda nuestra solidaridad y nos alienta la idea de que la paz se construya con justicia social".
La actual ronda de negociaciones entre el gobierno colombiano y las FARC-EP, en La Habana, cerrará sus trabajos el viernes próximo, y el 11 de marzo se reanudarán en busca de una salida política al conflicto interno que desangra a Colombia desde hace medio siglo.