Una falsa alarma de gas provocó hoy pánico y el desalojo de cientos de trabajadores de los edificios A, C y D de las oficinas centrales de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), en la capital de este país, a menos de una semana de la explosión que dejó 37 muertos y al menos un centenar de heridos.
Los empleados, que habían regresado a labores después de la explosión del jueves 31 de enero en el edificio B-2 anexo a la Torre de Pemex, que según autoridades se originó por acumulación de gas, salieron apresurados de los inmuebles después de que alguien dijo percibir "un olor a gas" alrededor de las 12:20 horas (18:20 GMT).
Entre los empleados de la principal empresa mexicana hubo ataques de pánico y crisis nerviosas, como consecuencia de la explosión de la semana pasada que destruyó el B-2.
Minutos después, los trabajadores regresaron a sus oficinas al confirmarse la falsa alarma. Según Pemex, el olor que se detectó obedecía a comida en descomposión.
La víspera, en el Hospital de Pemex, en Azcapotzalco, también se registró un desalojo parcial luego de una falsa alerta de que fue colocada una bomba en el centro de salud.
La mañana de este miércoles, el director general de Pemex, Emilio Lozoya, acompañado de sus principales colaboradores y del líder sindical de la petrolera estatal, Carlos Romero Deschamps, saludaron a los trabajadores de la estatal que regresaban a la Torre, luego de que se suspendieron las labores por la explosión.
Más tarde, Lozoya encabezó una ceremonia en la explanada principal del Centro Administrativo Pemex, en homenaje a los 37 trabajadores de la empresa fallecidos.