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Haití, tres años después del terremoto, repite los problemas

Actualizado a las 14/01/2013 - 09:41
PUERTO PRINCIPE, 12 ene (Xinhua) -- En los alrededores del destruido Palacio Nacional de Haití, en el centro de Puerto Príncipe, la vida ahora sigue su curso como antes del terremoto que hace tres años dejó pérdidas irreparables y muerte.
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PUERTO PRINCIPE, 12 ene (Xinhua) -- En los alrededores del destruido Palacio Nacional de Haití, en el centro de Puerto Príncipe, la vida ahora sigue su curso como antes del terremoto que hace tres años dejó pérdidas irreparables y muerte.

Algunas personas caminan sin prisa por Champ de Mars, la principal plaza pública de la ciudad, mientras otras toman un descanso en el mismo lugar donde hace apenas unos meses, alrededor de 60.000 damnificados vivían apiñados en carpas de campaña.

En otros puntos de la capital algunos campamentos quedan como testimonio de la peor tragedia en Haití en los últimos dos siglos y medio, igual que ya sólo el 20 por ciento de los escombros que dejó la tragedia junto al dolor irreparable de las personas que perdieron a sus familiares.

En Champ de Mars, tres años después del poderoso sismo que asoló Puerto Príncipe y otras localidades del sur y suroeste de Haití, las quejas de la gente son -salvando las grandes y graves distancias- básicamente las mismas que antes del 12 de enero del 2010.

"Hace falta trabajo y comida", dice André Celestine, un joven desempleado que se ve en la necesidad de vender baratijas para ganarse el sustento entre otros miles de haitianos que conforman el 70 por ciento de la población que no tiene un empleo.

Celestine también reclama lo poco que según su opinión hace el gobierno por la población, mientras éste destaca el esfuerzo realizado en el último año y medio para mejorar la condición de vida de más de 10 millones de habitantes.

El 12 de enero del 2010, un día como hoy, 47 segundos bastaron para que un terremoto de 7,3 grados destruyera Puerto Príncipe y otras localidades del sur y suroeste de Haití, provocando la muerte de 222.570 personas (300.000 según organismos internacionales) y daños materiales por 7.900 millones de dólares.

Además, el peor sismo registrado en Haití en dos siglos y medio, dejó un millón 300.000 personas sin hogar y hundió una economía que había mostrado signos de recuperación en el 2009.

"La reconstrucción del país fue mal gestionada", dijo a Xinhua el economista Camille Chalmers, quien contrasta la "enorme solidaridad del mundo" ante el desastre, frente a la forma en que algunos países y el propio Estado haitiano usaron los recursos destinados a ayudar al país, fuera de que el 53 por ciento de los fondos prometidos (11.000 millones de dólares) no han sido desembolsados.

Chalmers asegura que Estados Unidos utilizó parte del dinero para pagar a sus tropas desplegadas en el país y el gobierno una cantidad para construir "un parque industrial y hoteles de lujo", mientras que otra gran parte fue consumida por la misma burocracia.

El experto agregó que dos tercios de las escuelas no han sido reconstruidas todavía y que 49 edificios universitarios siguen igual que cuando el terremoto; que se gastaron 1.000 millones de dólares en viviendas provisionales (95 por ciento de los fondos destinados a esa área) y sólo entre 200.000 y 300.000 en la construcción de residencias estables, cuando el déficit habitacional, incluso antes de la tragedia, era de un millón de viviendas.

"El resultado es que la reconstrucción no se está dando", dijo Chalmers.

Pero el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tiene otro punto de vista.

Chirine El-Labbane, especialista en comunicación del PNUD, comentó a Xinhua que la magnitud de la tragedia aumentó las dificultades que ya existían en Haití antes del terremoto, y que pese a ese factor el país ha podido avanzar en los últimos tres años.

El-Labbane mencionó logros concretos el año pasado como la recolección del 80 por ciento de los 10 millones de toneladas de escombros y el reciclaje de un millón de metros cúbicos de estos, la creación de 400.000 empleos temporales con el objetivo inmediato de relanzar la economía, y el apoyo financiero de 500 dólares entregado a más de 1.000 familias para que puedan reparar sus viviendas.

La representante destacó avances en otras áreas como el medio ambiente, la reducción de riesgos por desastres, la lucha contra el VIH/sida y la tuberculosis, así como la gobernabilidad, y particularmente el apoyo al componente femenino de la población el año pasado.

"Hay resultados y son visibles", dijo El-Labbane.

A los días que siguieron a la catástrofe unas 690.000 personas (un millón según algunos organismos internacionales) dejaron Puerto Príncipe y se instalaron en otras ciudades, mientras que entre 30.000 y 40.000 viajaron a Estados Unidos y Canadá (y hasta 50.000 a Sudamérica) en busca de un mejor destino.

De los que se quedaron en el país, la mayoría ha vuelto a la capital, y es la que reclama la atención del gobierno.

El presidente haitiano Michel Martelly reiteró la víspera del tercer aniversario del terremoto su compromiso con la reconstrucción del país, y recordó a la comunidad internacional que puede estar segura de que su gobierno se esfuerzo para evitar que la tragedia se repita.

"Es esencial que todas las víctimas del terremoto puedan retomar su vida normal con todos sus derechos y su dignidad. Aproximadamente el 54 por ciento de la población de Haití se enfrenta a la pobreza extrema, es decir, personas que viven con menos de 1,25 dólares al día, pero este gobierno tiene la determinación de luchar contra la exclusión social", dijo el mandatario.

La actual administración ha destacado en los últimos meses una serie de obras conseguidas en año y medio, entre ellas la construcción de 400 viviendas para damnificados y otras 3.000 en proceso, y de seis edificios públicos, incluyendo el del Parlamento y algunos ministerios, además de la rehabilitación de 200 escuelas y del principal aeropuerto haitiano y proyectos en el sector turístico.

Las autoridades también esgrimen como avances el lanzamiento de un programa contra la pobreza extrema con un fondo inicial de 13 millones de dólares, la educación gratuita para casi dos millones de escolares y la inauguración de su primera planta de tratamiento de aguas servidas, signo del desarrollo del que hasta hace poco carecía Haití.

Además, el gobierno resalta el hecho de que el país haya podido reducir a 360.000 el número de personas que viven en campamentos para damnificados,y que haya dado pasos firmes para cambiar la fisonomía de su destruida capital de más de tres millones de habitantes.

"La gente quiere comida, trabajo, atención médica y es precisamente lo que queremos para ellos", dijo a Xinhua el presidente Martelly, en un encuentro con medios internacionales el viernes.

"Estamos progresando pero no se puede hace todo de la noche a la mañana", agregó.

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