Son 13 o 14, o quizás 17 o 18 los días del año en que pueden tener suerte de buen clima. Entrenan tres veces por semana y se preparan para el gran desafío del año: los juegos de las Islas Británicas que tendrán lugar en las Bermudas a mediados de año.
Se trata del equipo local de fútbol, el Stanley Football Club (SFC), que al mando de Ian Betts, se entrena tres veces por semana en el campo de deportes ubicado frente a la escuela secundaria, la única en su tipo.
"Dos de los entrenamientos semanales son de fútbol, el tercero es ejercicio, para tratar de mantenernos en forma. Ocurre que, como verán, la gran mayoría de nosotros está por encima de los 30 años", cuenta Betts a Xinhua.
Al igual que el resto de los integrantes del SFC, el entrenador divide sus horas entre la pasión por el fútbol y el trabajo: se gana la vida como plomero y es sargento del servicio de defensa local, el Falkland Islands Defence Force, regimiento del que también forma parte su hermano.
"Si bien nunca tomé un curso de entrenador, no me quedó otra opción que encargarme de dirigir. Hasta 2011 era parte del equipo, pero una lesión me apartó", dijo este seguidor del Liverpool.
A su lado, 14 jugadores buscan entrar en calor -la temperatura es menor a los cinco grados y cae aguanieve-, para luego ensayar algunos movimientos.
"El único requisito para jugar en el equipo de la isla es haber nacido acá o haber vivido al menos un año en los dos años previos a un torneo", explica Betts.
Entre los asistentes a la rutina de la tarde del martes, enfundados en casacas de color rojo con vivos blancos, hay locales, ingleses, dos chilenos y un mozambiqueño.
El arquero es camionero y tiene por modelo a seguir a su colega del Manchester City, Joe Hart.
La mayoría trabaja en el sector de la construcción y hay entre ellos seguidores del Everton, del Aston Villa, del Southampton y también, cómo no, del Manchester United.
"Solíamos jugar un 4-3-3, pero ahora, cambiamos a un 4-4-2, porque somos cada vez menos", explicó el técnico.
"Para los partidos en las Bermudas vamos a ir con un planteo de 4-5-1, porque la mayoría de los equipos son mejores que nosotros", reconoció Betts, que suma a los rivales el previsible calor con que los recibirá la isla caribeña en julio próximo.
Si bien había una liga local integrada por cuatro equipos que competían de noviembre a marzo, ésta se desactivó por la falta de apoyo económico de parte de las autoridades.
"Para dar un ejemplo, los equipos fueron comprados por nosotros, el campo de juego está en malas condiciones", lamenta Betts.
El técnico recordó que hace dos años, en los juegos organizados en la Isla de Wight, el combinado local se las arregló para ganar la copa de las Islas Menores, a pesar de haber cosechado sólo derrotas contra los archipiélagos de mayor tamaño.
"No tenemos nunca un buen clima, así que cualquier oportunidad es buena para jugar, incluso tenemos partidos contra equipos de la base militar (de Mount Pleasant). El último fue un 4-0 a nuestro favor", sonríe.
La pasión de la isla por el fútbol quedó demostrada por el hecho de que parroquianos, junto con periodistas de Argentina, España, el Reino Unido y Colombia se congregaron para ver el partido por la Liga de Campeones de Europa que disputaron en España el Barcelona ante el Milan.
El partido terminó con una victoria por goleada de 4-0 para los locales, con una destacada actuación del astro argentino Lionel Messi, autor de dos goles.
La transmisión televisiva en el bar Deano's llegó con relatos de periodistas argentinos, y a nadie pareció molestarle, a pesar de la tensa situación política entre Londres y Buenos Aires por el estatus político insular.
A propósito, un libro sobre el Barcelona ("La construcción del equipo más grande del mundo", de Graham Parker) con Messi en la portada, es el primero que se observa en el escaparate de la tienda West, ubicada en el centro de esta ciudad remota, en la que el fútbol, más allá de privaciones económicas y el clima, es una verdadera pasión.
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