LA HABANA, 11 mar (Xinhua) -- Como un balde de agua fría recibió la afición cubana el revés que sufrió hoy la selección nacional de béisbol ante su similar de Holanda 7x6 en partido que decidía la clasificación a la ronda final del III Clásico Mundial, prevista del 17 al 19 de marzo en San Francisco, California.
Las manifestaciones de los apasionados seguidores del equipo Cuba van desde la desilusión hasta el disgusto, al perder algo que consideraban casi seguro: el boleto a la ronda decisiva del importante certamen.
En un cotejo bastante equilibrado y en el que los cubanos vinieron dos veces de abajo para lograr la igualada e irse delante 6x4 a principios del octavo capítulo, los europeos supieron sacar el extra para empatar de forma sensacional las acciones al cierre de esa entrada y finalmente dejar al campo a los discípulos del experimentado técnico Víctor Mesa.
Durante la habitual conferencia de prensa posterior al partido, Mesa expresó: "No voy a responsabilizar a los jugadores. Algunas cosas pudieron hacerse mejor, pero estoy muy orgulloso de ellos, de toda la entrega y el tesón que pusieron en cada salida, y por mi parte asumo la derrota".
Sin embargo, el albañil Addiel Díaz, de 36 años y residente en el municipio habanero de Playa, se preguntó cómo es posible que Cuba "no pueda con Holanda".
Díaz recordó que los tulipanes han triunfado en cinco de los últimos seis cotejos sostenidos frente a los representantes de la mayor isla de las Antillas.
La respuesta se la dio su vecino Martín, un jubilado de 72 años, al señalar que el asunto radica en que mientras los caribeños estaban presionados y ansiosos por acabar de tomar desquite, los holandeses tenían a su favor la historia reciente de los enfrentamientos bilaterales.
"Estuvimos a un paso de San Francisco", se lamentó Gladys Herrera, una enfermera de 60 años que asegura haber visto todos los partidos de Cuba en el Clásico.
Su esposo Lesly, un médico que prestó servicios en Angola, consideró increíble que Cuba haya perdido ante Holanda, que apenas 24 horas antes había archivado un vergonzoso nocao 16x4 en siete episodios.
"Nos pasó lo mismo que hace cuatro años", señaló disgustado el veterinario Manolo, de 66 años, al recordar que en la segunda edición del Clásico los cubanos cayeron en par de ocasiones frente a Japón en la segunda fase.
Esta vez, la nómina de Cuba también comenzó igual ronda con derrota, de 6x2 versus la representación de Holanda, vigente titular mundial de la Federación Internacional de Béisbol (IBAF).
Uno de los mayores méritos de los holandeses fue el trabajo de sus lanzadores, quienes supieron sortear la fuerte ofensiva cubana que llegó a este partido como líder del Clásico en average (343), hits(57), extrabases (20) y jonrones (10).
De este revés se esfumaron las esperanzas cubanas de luchar por su retorno al podio de premiaciones, adonde escalaron como subcampeones en la primera edición de 2006 tras caer en la final 10x6 ante Japón.
"Del 'fantasma' de Japón pasamos ahora al de Holanda", dijo apesadumbrado el joven Sean Guada, estudiante de Informática de la Universidad de La Habana.
Atrás quedaron diversas medidas adoptadas por las autoridades deportivas de la isla dirigidas a lograr el objetivo de clasificar a San Francisco.
Entre esos cambios están una nueva estructura de la Serie Nacional, métodos de selección sobre la base del rendimiento y giras de preparación por diferentes regiones del planeta para enfrentar y evaluar distintas técnicas de juego.
Pero una cosa son los deseos y las intensiones y otra la realidad. Lo cierto es que Cuba ya hizo las maletas para el regreso, mientras Holanda, una vez más su victimaria, se apresta a acompañar a Japón en el viaje a San Francisco y continuar la lucha por el título.
La frustración de la afición cubana quedó resumida en el inicialista y slugger José Dariel Abreu quien, en medio de lágrimas, admitió ante la prensa: "no pudimos cumplir con el objetivo".
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