Miles de hinchas del Corinthians salieron hoy a las calles de Sao Paulo para recibir con júbilo al equipo que el domingo conquistó en Japón el título del Mundial de Clubes de la FIFA, al derrotar 1-0 al favorito Chelsea inglés, en una jornada de algarabía y fiesta que se prolongó unas cinco horas.
La delegación desembarcó en el aeropuerto internacional de Cumbica en la vecina Guarulhos a primeras horas de la mañana de este martes y el jugador Alessandro, capitán del equipo, fue el primero en bajar por la escalerilla de la aeronave que trajo al conjunto de Alemania luego de una escala en su regreso de Japón.
Los campeones fueron recibidos en la pista por el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, ante unos 15.000 hinchas que colmaron el terminal aéreo.
De inmediato, los jugadores y el entrenador Tite se desplazaron a bordo de una unidad policial.
En el sitio también estaba el alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab, quien vió al equipo subirse en un "trío eléctrico" - un camión con altoparlantes similar a los utilizados en los desfiles de carnaval - que lo transportó por las calles de la zona norte de la ciudad.
Al paso del vehículo, una multitud ataviada en su mayoría con camisetas blanquinegra, los colores del "Timao", desbordó su emoción por la victoria del equipo.
"Estoy impresionado con lo que está pasando. Nunca he visto algo así, Sao Paulo paralizada. Es el reconocimiento del hincha y vamos a conmemorar con él", dijo el zaguero Chicao al portal GloboEsporte.
"Es una enorme emoción. Un recibimiento como éste compensa todos los sacrificios que hicimos, estamos muy felices por poder brindar alegría para tanta gente. Ya extrañábamos a esta hinchada", comentó a su vez el lateral izquierdo Fabio Santos al canal brasileño SporTV.
Durante la fiesta, los aficionados entonaron cánticos con declaraciones de amor al club y frases de provocación dirigidas al "archirrival" Palmeiras, que terminó en los últimos la disputa del Campeonato Brasileño y descenderá a la segunda división en 2013.
Algunos fanáticos intentaron besar las manos del portero Cassio, elegido el mejor jugador del torneo y de la final.
"Querían tocar mis manos, besarlas. El corinthiano es fanático, es una manera cariñosa de agradecer", dijo el arquero en declaraciones al canal televisivo SporTV.
Cassio agregó que se ha quedado sorprendido por el número de hinchas presentes en Japón (unos 30.000). "Ha sido una energía muy buena y que ayudó mucho a nuestro equipo a conquistar este título", dijo.
La fiesta de bienvenida a la delegación se prolongó por cinco horas, mucho menos que lo previsto inicialmente, porque los jugadores se quejaban de cansancio por el largo viaje de Japón a Brasil.