El héroe del Corinthians en la conquista del título del Mundial de Clubes en Japón, el delantero peruano Paolo Guerrero, fue el único ausente en la fiesta de bienvenida a los campeones que paralizó este martes a la metrópoli brasileña de Sao Paulo.
El autor del los dos goles del Corinthians en el torneo, que garantizaron el pase a la final al derrotar en semifinales por 1-0 al egipcio Al-Ahly y le dieron al "Timao" su segundo título mundial --el equipo ganó el primer campeonato mundial de clubes, jugado en 2000 en Brasil-- no llegó a Brasil con la delegación.
Guerrro abandonó al equipo en la escala de Francfort porque tenía asuntos personales a resolver en Alemania, país donde jugó las últimas diez temporadas antes de trasladarse en agosto al club brasileño.
Sin embargo, el peruano fichado por el Corinthians hace cinco meses como un completo desconocido ahora se ha convertido en ídolo de la afición.
Durante el desfile de los campeones por las calles paulistas, Guerrero fue homenajeado por "clones", es decir, decenas de fanáticos que se cortaron el cabello para usar un peinado igual al "Depredador".