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Un rey que no llega a fin de mes |
08/11/2013(Pueblo en Línea)- Los belgas despidieron a Alberto II el pasado mes de julio con cariño y con el sentimiento generalizado de que el hermano de Balduino resultó ser mejor rey de lo que se esperaba cuando subió al trono en 1993. Han pasado menos de cuatro meses y el hombre que ejerció de jefe de Estado durante dos décadas ha logrado indignar a gran parte de la clase política y de los ciudadanos. El antiguo monarca protesta amargamente porque los 923.000 euros brutos que tiene asignados no le llegan y reclama al Gobierno que busque una solución. La respuesta ha sido inmediata. “No cambiaremos ni una coma”, ha dicho el primer ministro, el socialista francófono Elio di Rupo.
Desde que se bajó del trono, aunque sigue teniendo el título de rey de todos los belgas, Alberto II ha visto cómo su paga pasaba de 11,5 millones de euros al millón escaso que recibe ahora. Hacía poco que el Gobierno Di Rupo había aprobado una norma para reducir los gastos de la casa real y obligar a sus miembros a pagar impuestos.
Falta solo medio año para las elecciones federales, regionales y europeas, y el país pasa por un programa de ahorro para cuadrar las cuentas públicas. No parece el mejor momento para que el Gobierno mejore el presupuesto de alguien que reparte su tiempo entre sus residencias de los Alpes franceses, Roma y París; y que dice estar “muy deprimido” por los problemas que padece para cubrir gastos como el carburante del yate y el mantenimiento del palacio de Belvédère.