Fuente: Agencias
John Saunders, de 62 años, fue denunciado por su viejo amigo, Patricia Hill, una vecina de la ciudad norteamericana de Scottdale, en Pensilvania, por haber consumido 52 botellas de whisky de 1912 valoradas en 102.000 dólares, según informan fuentes locales.
A principios de 2012, Patricia Hill encontró oro líquido tras una pared de su sótano. Lo halló dentro de 104 botellas de whisky Old Farm Pure Rye, destiladas, según la etiqueta, en 1912, y valoradas en más de 200.000 dólares.
Hill entregó las botellas a John Saunders para que las custodiara mientras terminaba de adecuar los pisos superiores de la casa y encargaba una tasación de las botellas. Sin embargo, cuando fue a recogerlas en marzo de 2012 se encontró con una desagradable sorpresa: el contenido de la mitad de las botellas había desaparecido.
Hill decidió denunciar a Saunders. Inicialmente, el vigilante, negó los hechos, argumentando que el líquido «probablemente se habría evaporado». Sin embargo, la investigación posterior, que incluyó la realización de pruebas de ADN, demostró que había sido el vigilante quién había consumido el contenido de las botellas.
El pasado miércoles se celebró la vista preliminar del juicio en el que se dictará sentencia sobre los hechos y en la cual Saunders afirmó que estaba esperando un trasplante de hígado.