MEXICO, 12 sep (Xinhua) -- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) dijo hoy que una parte de los casos de deserción escolar en México se debe a la lenta reconstrucción de las escuelas afectadas por los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 en varios estados.
El organismo dependiente de Naciones Unidas presentó en la Ciudad de México el Informe sobre la Situación Humanitaria de la Infancia y la Adolescencia, sobre los esfuerzos realizados por diversos sectores del país y las acciones pendientes para garantizar los derechos de los afectados por los sismos.
En los estados más afectados viven unos siete millones de niños "que aún tienen necesidades especiales surgidas por la tragedia. Las acciones de respuesta por cubrir dichas necesidades aún no han concluido", sostuvo en un acto público el representante de la Unicef en México, Christian Skoog.
Skoog recordó que en respuesta a los sismos que afectaron a estados como Hidalgo, Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas y Morelos, la Unicef solicitó en un inicio 6,6 millones de dólares para cubrir las necesidades especiales de la niñez y adolescencia en agua, saneamiento e higiene; educación, salud y nutrición; protección de la niñez y políticas sociales.
El funcionario admitió que pese al esfuerzo de las autoridades y de la sociedad para responder en todas las zonas afectadas, aún "falta terminar el trabajo, pues hay niños que sufren mentalmente y están en condiciones que no son adecuadas para continuar su educación".
Por su parte, la representante adjunta de la Unicef, Pressia Arifin-Cabo, dijo que esta situación ha generado incluso deserción escolar, con una mayor tendencia a niveles medio superior y superior.
"Los jóvenes deciden dejar los estudios para integrarse en el mercado laboral y ayudar a sus familias en este periodo de crisis", explicó.
Los niños y niñas cuyas escuelas fueron dañadas asisten menos horas a clase, de dos a tres horas al día, y suelen asistir solo dos o tres días a la semana, indicó Arifin-Cabo.
Insistió en que los niños y adolescentes son particularmente vulnerables a los desastres ocasionados por fenómenos naturales desde múltiples dimensiones, al afectar de manera directa "su salud física o provocándoles reacciones psicológicas dolorosas y angustiantes".
En este sentido, hizo hincapié en que a largo plazo los desastres pueden causar interrupciones en la educación o el ingreso familiar, empujando a los niños y adolescentes al mercado laboral para ayudar a sus familias al hogar y en el sustento.
Por su parte, el actor y embajador de Buena Voluntad y miembro del Consejo Consultivo de la Unicef México, César Costa, agradeció la solidaridad de la sociedad mexicana a favor de los afectados por los sismos, y exhortó a continuar participando en las acciones de respuesta hacia las necesidades surgidas por la tragedia.
Los terremotos del 7 y 19 de septiembre del año pasado sacudieron el sur y centro de México con un saldo de 471 víctimas fatales y miles de casas y decenas de escuelas dañadas, de acuerdo con los datos oficiales.
El Gobierno mexicano y la sociedad civil han destinado recursos para la reconstrucción de las zonas afectadas, las cuales no han sido suficientemente atendidas.