SAN JOSE, 30 oct (Xinhua) -- El volcán Turrialba de Costa Rica registró hoy dos erupciones de gases y cenizas que se elevaron 500 metros sobre el cráter del coloso en menos de una hora, informó esta tarde el Observatorio Vulcanológico y Sismológico del país centroamericano (Ovsicori).
Según detallaron los especialistas, la primera actividad ocurrió a eso de las 10:30 y las segunda a las 11:05 horas (16:30 y 17:05 GMT), momentos en los que se desprendieron sendas columnas cargadas de vapor de agua, gases magmáticos, ceniza y aerosoles finos.
Además, especificaron que los materiales fueron desplazados por el viento hacia el oeste del coloso, lugar en el que se ubican las principales ciudades en el centro costarricense.
El volcán Turrialba se ubica en la provincia de Cartago, apenas unos 37 kilómetros al este de la capital, San José; motivo por el que sus actividades suelen afectar de manera directa a sitios aledaños y zonas más densamente pobladas en la periferia.
No obstante, en esta ocasión la caída de cenizas fue moderada, pues -en meses anteriores- llegaron a registrarse emisiones de hasta 4.000 metros de altura, provocando incluso el cierre del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría (principal puerto de entrada y salida del país centroamericano).
El Turrialba es uno de los tres volcanes actualmente activos en Costa Rica (con el Poás y el Rincón de la Vieja) y, junto con el primero, es uno de los dos que bordea el Valle Central de Costa Rica.
Además, por su ubicación geográfica, es el que más afecta a las poblaciones centrales, pues los vientos provenientes del Caribe (en el este) empujan partículas de materiales en dirección a estos lugares.
Entre otros efectos, los gases y las cenizas volcánicas son capaces de provocar la pérdida de alimentos, la quema de cultivo, la oxidación de materiales y la contaminación de fuentes de agua; así como algunos inconvenientes en la salud visual, dermatológica y respiratoria de personas y animales.
También, la actividad de los volcanes ha frenado abruptamente su visitación en Costa Rica, nación ampliamente reconocida por el avistamiento de estos macizos y la recreación en torno suyo.