Desde bien temprano el movimiento era inusual para un domingo: los locales de los partidos políticos eran un hervidero de gente buscando solucionar aspectos logísticos para las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo en Uruguay.
El principal reto era que cada uno de los casi 7.000 circuitos tuvieran las listas del sector: una tarea que logran los grandes grupos pero que resulta casi imposible para los sectores más modestos.
Por eso, convocaron a que cada elector llevara consigo la lista de su preferencia.
En estos comicios se definirá al sucesor del presidente izquierdista José Mujica y se renovarán ambas cámaras del Congreso, en lo que promete ser una reñida competencia entre el oficialista Frente Amplio (FA) y el bloque derechista del Partido Nacional (PN) y Partido Colorado (PC).
Una vez abiertos los circuitos, sobre las 08:00 horas locales (10:00 GMT), la tranquilidad de este día habitual de descanso dejó paso al tránsito intenso por las calles de la capital y las ciudades del interior.
La mayoría de los autos lucía embanderado por estas horas con los colores de su preferencia, y se veía a muchos por la calle enfundados en distintivos partidarios.
En Pocitos, un barrio de clase media alta recostado sobre el Río de la Plata, los balcones de los edificios mostraban una mayoría de pancartas apoyando a los opositores Partido Nacional (PN), caracterizado por el blanco y celeste, y Partido Colorado (PC), que utiliza ese color como distintivo.
Pero también eran numerosas las banderas del oficialista Frente Amplio (FA), con tres franjas horizontales de color rojo, azul y blanco, conocida como la bandera de Otorgués.
Las proporciones de apoyo varían según los barrios y terminan favoreciendo por amplía mayoría a la izquierda y otros sectores.
El Frente tiene uno de sus bastiones en el oeste de Montevideo.
En barrios como el Cerro, donde sufragó Mujica, y La Teja, donde lo hizo Vázquez, solo se veían banderas del Frente.
Allí, el oficialismo superaba el 60 por ciento de respaldo.
La jornada se presentaba cálida para la época del año.
Con temperaturas de hasta 30 grados Celsius en el sur del país, y hasta superiores en el norte, muchos uruguayos pudieron disfrutar en las playas de este adelanto del verano austral.
También era una jornada propicia para los tradicionales asados hechos en parrillas con leña, una costumbre bien local.
Mujica pidió a los uruguayos que "voten lo que les diga su conciencia", y aprovechó para saludar a los ciudadanos "de todos los pelos", aludiendo a las distintas filiaciones partidarias.
El mandatario anunció que tras conocerse los resultados esta noche saludará "a todos los candidatos, pero a la distancia, yo no me meto en los festejos ni en las tristezas".
"En Uruguay tenemos que hacer una fiesta cívica que no es una guerra, es un escalón más, y el pueblo uruguayo sabrá lo que tiene que hacer, yo tengo confianza", reflexionó.
Al mostrar su credencial cívica a los periodistas, mientras aguardaba en la fila de la mesa de votación, Vázquez bromeó con su foto de joven y los sellos por los actos eleccionarios: "Era un pibe, miren todos los sellos que tiene".
Consultado sobre qué diferencia notaba con la elección del 2004, cuando fue electo presidente para el periodo 2005-2010, contestó que "en la expresión de la gente hay más alegría, más confianza, más esperanza".
El postulante, que encabeza las encuestas con un 43 por ciento de intención de voto aunque sin alcanzar la mayoría absoluta para evitar un balotaje el 30 de noviembre, saludó a varios amigos del barrio y dijo que esa visita le generaba muchos sentimientos.
Anunció que luego de votar iba a visitar a su hermana, que vive a unas cuadras del Club Arbolito y que siempre lo agasaja "con un café con leche exquisito" como parte de una cábala.
En tanto, el candidato a la presidencia por el PN, Lacalle Pou, segundo en intención de voto, sufragó y se mostró satisfecho al recordar que durante la campaña "no hemos levantado la voz", aludiendo a su estrategia "por la positiva".
"El camino elegido es el que después te legitima", señaló el postulante al votar en un circuito de la ciudad de Canelones (50 kilómetros al norte de Montevideo), capital del departamento homónimo, el segundo distrito electoral más grande del país y desde donde catapultó su carrera política.
En tanto, Pedro Bordaberry, candidato del PC, resaltó que "hemos competido con ideas, con propuestas, a veces con diferencias muy grandes, pero de eso se trata la democracia".
Comentó que anoche llamó a los restantes tres candidatos de partidos con representación parlamentaria para desearles suerte y felicitarlos por el respeto que mostraron durante la campaña.
"Me pareció que era del caso llamarlos y desearles suerte y agradecerles la competencia que habíamos tenido", sostuvo, y eso es "lo lindo que tiene la democracia en Uruguay, que todos los candidatos nos hablamos y nos respetamos".
Lacalle Pou, que tiene un respaldo del 33 por ciento, tendría en una segunda vuelta el respaldo de Bordaberry, que suma un 15 por ciento de los apoyos, dejando esa elección con un resultado imprevisible.
Vázquez, de 74 años, se presenta como el continuador de las políticas del FA que permitieron avances sociales como la baja de la pobreza, el desempleo y la desigualdad, y uno de los mayores ciclos expansivos de la economía local.
No obstante, el presidenciable reconoce carencias en materia de infraestructura, educación y seguridad, y promete planes para superarlas.
Lacalle Pou, de 41 años, ha desarrollado una campaña que denomina "por la positiva", en la que ha elogiado acciones del gobierno izquierdista y prometido continuidad de varias políticas con la intención de mejorar la gestión en la enseñanza y la lucha contra la delincuencia.
Las proyecciones de las encuestadoras se conocerán esta noche, una hora después del cierre de los circuitos de votación.
La Corte Electoral divulgará los datos definitivos del escrutinio el lunes por la mañana.