BEIJING, 18 abr (Xinhua) -- Pocos conflictos han sido reflejados tanto como la Primera Guerra Chino-Japonesa, que estalló en 1894, pero su significación continúa reverberando a través de la sociedad china por más de 100 años.
Cuando el 120 aniversario de la guerra se acerca, una serie de artículos de prominentes funcionarios chinos y expertos militares han animado a repensar el por qué el alguna vez gran Reino Medio se rendiría al estudiante por largo tiempo de la cultura china.
Entre el tres de marzo y el cierre de la semana pasada, Reference News, un diario asociado a Xinhua con una circulación de tres millones en China, incluyó un suplemento especial con 30 artículos que analizan lo que China puede aprender de su derrota.
Los textos fueron escritos por 28 expertos militares, todos ellos del Ejército Popular de Liberación (PLA), que incluyen a 12 generales. Los autores teorizaron que las raíces de la derrota china son ajenas a razones militares, sino que están más ligadas al sistema de un estado corrupto y obsoleto, así como al desconocimiento de estrategia marítima.
DERROTA NO EN UN CAMPO DE BATALLA, SINO DE UN SISTEMA ESTATAL
La Primera Guerra Chino-Japonesa se libró de julio de 1894 a abril de 1895 y terminó con la abrumadora victoria de Japón en mar y tierra.
El resultado de la guerra implicó una significación extrema para ambos países, debido a que fue la primera vez que China perdió ante Japón en un conflicto militar y la primera vez que el predominio regional en el Este de Asia pasó de China a Japón.
Liu Yazhou, un comisario político de la Universidad Nacional de Defensa del PLA, dijo a Xinhua que ni la marina china ni las fuerzas de tierra fueron responsables de la derrota, sino todo el sistema de estado de Qing.
La derrota china fue una declaración del fracaso de sus intentos de occidentalización en la segunda mitad del siglo 19. Sin embargo, en comparación, la victoria de Japón demostró que la política de occidentalización, la Restauración Meiji, fue la ruta correcta, pese a su tendencia militarista.
"Uno (Japón) hizo reformas desde su mente, mientras que otro (China) sólo hizo cambios en la superficie", dijo Liu. "Fue también una derrota de la cultura china", expuso.
El vicealmirante Ding Yiping, subcomandante de la Marina del PLA, dijo en su artículo que la derrota, especialmente aquella de la Flota Beiyang de élite, fue profundamente implicada en la corte imperial Qing, corrupta, impotente y neblinosa, que fracasó en enfrentar las amenazas domésticas e internacionales.
"La corrupción y fatuidad en la política fueron la razón última de la derrota de China", añadió Ding.
El general mayor, Jin Yinan, un prominente estratega militar con la Universidad Nacional de Defensa (NDU), destacó que la derrota no debería ser imputada a la Flota Beiyang, que fue extremadamente fuerte en términos de logística. Pero numerosos materiales históricos apuntaron al modo general de la flota de incurrir en perversión en los años que antecedieron a la guerra.
NECESIDAD DE ESTRATEGIA MARITIMA Y REFORMA MILITAR
Los militares expertos dijeron que la guerra también expuso el desconocimiento total de China sobre estrategia militar. Esto hizo posible la derrota del país más grande por parte de Japón, que como un país estructurado en un archipiélago, siempre puso los intereses marítimos como su estrategia suprema.
Ding Yiping dijo en su artículo que el océano involucra la sobrevivencia, el desarrollo y el honor del país y su pueblo. La seguridad del Estado no puede ser asegurada si los derechos marítimos no pueden ser salvaguardados.
El poner más atención al océano se ha convertido en una de las estrategias de China. En julio de 2013 en una sesión de estudio con miembros del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, el presidente chino, Xi Jinping, exaltó los esfuerzos para hacer de China una potencia marítima.
"Sólo con una marina de clase mundial podemos soportar las obligaciones de salvaguardar nuestra soberanía e intereses marítimos", dijo Ding, tras añadir que sólo a partir de abrazar el océano, la nación de China puede tener un futuro brillante.
Sobre la guerra, expertos militares creen que unas fuerzas armadas fuertes proporcional al tamaño del país y la capacidad de una proyección de largo aliento pueden no sólo proteger al país, sino también hacer del territorio de un país invasor un campo de batalla en forma tal de contener sus ataques.
El coronel en jefe Guo Fenghai, un profesor de NDU, escribió que las lecciones históricas mostraron que la estructura militar no debería estar estancada en tiempos de paz. Llamó a reformas militares, especialmente al desarrollo de tecnología computarizada para el ejército.
China creó un grpo dirigente, con Xi Jinping como jefe, para la profundización de la reforma sobre defensa nacional y las fuerzas armadas en marzo. Xi dijo que "siendo capaz de combatir y ganar batallas", fue el eje de la reforma.
El PLA ha iniciado ahora una gran discusión sobre el estándar de la eficacia de combate. A principios de este mes, 18 altos generales del PLA hicieron eco de su apoyo a la instrucción del presidente Xi para construir un ejército poderoso.
AMENAZA MILITARISTA
De cara al 25 de julio, el 120 aniversario del inicio de la Guerra Chino-Japonesa, analistas militares chinos ven una sombra de militarismo persistente en Japón, amenazando la seguridad nacional de China en una forma que no puede desdeñarse.
Peng Guangqian, un prominente experto en politica de seguridad nacional, advirtió que China debe ser cauta y prepararse ante el auge militarista en Japón, una sociedad que comparte similitudes sorprendentes con la de hace 120 años.
La economía estaba decaída y la sociedad se encontraba inquieta el 24 de julio de 1894 y antes de la Segunda Guerra Mundial. Eso es lo que ocurre en el Japón de hoy, dijo Peng. "Algunos políticos desean militarizar a Japón, conduciendo el rumbo del país a la derecha".
Un país que es llevado al militarismo es un generador de problemas en la región Asia-Pacífico, un desafío al status quo y una incubadora de guerra, dijo.
Según Peng, China siempre tiene que prevenirse de los ataques de serpiente del tipo de los que Japón registra en su historia, como hizo en los estallamientos de las guerras con China, Rusia y Estados Unidos.
Pero Peng ccree que la historia no se repetirá por sí misma.
Japón saboteó oportunidades para el desarrollo de China entre 1894 y 1937, pero el rejuvenecimiento en la China de hoy ya no puede ser bloqueado más, escribió el experto en política de seguridad.
Con Peng coincidió el general Liu Yazhou, quien consdera que la guerra de 1894 fue el momento para que China despertara.
China fue derrotada, pero quedó un recuerdo profundo de la humillación, el país avanza firmemente hacia la gloria. En contraste, Japón disfrutó la victoria, pero abusó de su poder en las décadas que siguieron, lo que finalmente lo condujo al fracaso en la Segunda Guerra Mundial, apuntó Liu.
"Japón es aún un país irregular. Si Japón no aprende una lección de la historia, el país sufrirá en la guerra siguiente", alertó.