LOS ANGELES, 17 abr (Xinhua) -- Los astrónomos que operan el Telescopio Espacial Kepler han descubierto el primer planeta de tamaño casi igual a la Tierra y que orbita una estrella dentro de la zona "habitable", anunció la NASA este jueves.
El planeta, llamado Kepler-186f, "se puede considerar un primo, pero no un hermano, de la Tierra". Tiene muchas propiedades similares a la Tierra, según Thomas Barclay, científico investigador en el Instituto de Investigación Ambiental de Bay Area en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffet Field.
"El descubrimiento de Kepler-186f supone un paso importante hacia el hallazgo de mundos como nuestro planeta Tierra", dijo Paul Hertz, director de la División de Astrofísica de la NASA.
Kepler-186f reside en el sistema Kepler-186, situado a unos 500 años luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus. El sistema también acoge otros cuatro planetas acompañantes, los cuales orbitan una estrella de la mitad de tamaño y masa de nuestro Sol. La estrella está clasificada como enana M, o enana roja, un tipo de estrella al que pertenecen el 70 por ciento de astros de la Vía Láctea.
El planeta orbita su estrella una vez cada 130 días y recibe el equivalente a un tercio de energía de ella con relación a la energía que la Tierra obtiene del Sol, lo cual lo sitúa cerca del margen exterior de la zona habitable. En la superficie de Kepler-186f, la claridad de su estrella a mediodía es sólo el equivalente a la claridad del Sol una hora antes del amanecer, según la NASA.
Se considera que un planeta está en la "zona habitable" si su distancia con respecto a una estrella permite la acumulación de agua en su superficie. Según la NASA, se han hallado otros planetas en la "zona habitable" de estrellas, pero eran al menos un 40 por ciento más grandes que la Tierra. Ninguno de ellos tiene un tamaño similar a Kepler-186f, cuyo diámetro es tan sólo un 10 por ciento mayor que el de la Tierra.
Los científicos aseguran que el tamaño es un factor de importancia crítica. Si un planeta es alrededor del 50 por ciento más ancho que la Tierra y sostiene una masa enorme, su gravedad puede atraer un envoltorio de hidrógeno-helio que envuelve la superficie en una atmósfera gaseosa demasiado espesa para la posibilidad de vida similar a la terrestre.