HEFEI, 1 ene (Xinhua) -- Por el bien de la salud de su hijo, Zhang Qing, embarazada de dos meses y funcionaria en el este de China, se resiste a ir a trabajar.
Su marido se está esforzando duramente por dejar de fumar, pero los colegas de Zhang no paran de encender cigarrillos en el despacho, exponiéndola a los humos de segunda mano.
De acuerdo con una circular emitida por el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y el Consejo de Estado, gabinete chino, se prohibe a los funcionarios fumar en áreas públicas. Zhang ve luz al final del tunel.
"Fumar sigue siendo un fenómeno relativamente universal y algunos funcionarios fuman en lugares públicos, algo que perjudica no sólo el entorno y la salud pública, sino que también mancha la imagen del Partido y el gobierno", dice la circular.
Como mayor productor y consumidor de cigarrillos del mundo, China cuenta con más de 300 millones de fumadores y con 740 millones de no fumadores que frecuentemente exponen su salud a los peligros del humo de segunda mano.
El documento exige a los funcionarios gubernamentales que "den ejemplo" a la hora de observar la prohibición de fumar y dejar el hábito. Los chinos están acostumbrados a la imagen de los funcionarios gubernamentales con un cigarrillo entre los dedos, generalmente uno caro.
En opinión de Xie Chuntao, profesor de la Escuela de Partido del Comité Central del PCCh, fumar, que parece que fuera una cuestión privada, puede causar efectos inesperados cuando se ejerce publicamente.
"Si uno de tus líderes fuma, tienes que fumar compañándole para evitar cualquier malentendido, y uno de los saludos más comúnes entre los funcionarios chinos es intercambiarse cigarrillos", dice Xie.
China firmó en 2003 el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud, que requería la reducción del suministro y consumo de tabaco y la prohibición total de fumar en los lugares públicos antes de enero de 2011.
El gobierno central se comprometió a prohibir el tabaco en las zonas públicas en el XII Plan Quinquenal (2011-2015). Sin embargo, los expertos son ampliamente críticos con los esfuerzos actuales, especialmente en lugares públicos interiores, ya que no existe aún ninguna ley nacional al respecto.
Las autoridades sanitarias de China y las autoridades locales han introducido líneas directrices prohibiendo fumar en hoteles, restaurantes y transporte público desde el año 2001, pero los fumadores suelen ignorar la prohibición y raramente se les aplica sanción alguna.
Una política antitabaco impuesta y apoyada por las autoridades de alto nivel tiene que urgir a los funcionarios gubernamentales a que den ejemplo, dice Fan Hesheng, subdirector de la Escuela de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad de Anhui.
Los cigarrillos de lujo solían ser un privilegio de algunos funcionarios gubernamentales y una forma corriente de soborno. La nueva prohibición veta estrictamente el uso de fondos públicos para la compra de cigarrillos, un privilegio más que ha llegado a su final junto con los funerales, los clubs privados, los fuegos artificiales, las tarjetas de felicitación, los banquetes y los pasteles de luna (dulces típicos de la tradicional fiesta china del Medio Otoño), entre una multitud de políticas anticorrupción.
De acuerdo con Xie, el ex líder chino Deng Xiaoping aceptó el consejo de un diputado durante una sesión de la Asamblea Popular Nacional en 1988 y dejó el tabaco.
"La acción de Deng se convirtió en una historia muy popular durante mucho tiempo y espero que se produzcan más ejemplos positivos de este tipo," señaló Xie.