BEIJING, 4 feb (Xinhua) -- El director del centro de investigación sobre derechos humanos de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, Liu Jie, ha calificado en un artículo divulgado hoy de "injustificadas" las acusaciones sobre las condiciones de la libertad de expresión en China aparecidas en el informe anual publicado por Human Right Watch (HRW).
La organización no gubernamental publicó el pasado jueves el informe sobre los derechos humanos, "World Report 2013", en el que acusó a China de haber progresado poco en este campo durante la década pasada.
Según el artículo de Liu, un experto en investigación de derechos humanos, el informe de HRW de este año utiliza ejemplos ficticios para concluir que China ha estado violando las garantías legales nacionales e internacionales respecto a la libertad de prensa y de expresión.
El informe también indicó que Sina Weibo, el principal sitio de microblog de China, "ofrece a los 300 millones de subscriptores el espacio para expresar sus opiniones y descontento a un nivel que era improbable previamente".
"Esas evaluaciones contradictorias demuestran que China siempre ha adoptado una actitud comprensiva y abierta en términos de la libertad de expresión, en vez de la actitud contraria", dijo Liu.
El experto precisó que la imposición de restricciones legales sobre los comentarios en línea es una práctica común en el mundo actual.
Liu describió las acusaciones presentadas en el informe como "argumentos insolventes que se emplean por quiénes se creen jueces morales", y agregó que estas acusaciones también constituyen una "conspiración política".
China ha progresado en asegurar la libertad de expresión en los años recientes, añadió Liu.
El gobierno chino publicó su Plan de Acción Nacional sobre Derechos Humanos de China (2012-2015) en junio de 2012, en el que se comprometió a tomar una serie de medidas efectivas para garantizar que todos los canales de expresión propia se desbloqueen y que la libertad de expresión y el derecho a ser escuchados de los ciudadanos estén protegidos de acuerdo con la ley.
El plan de acción también exhorta a fortalecer las garantías institucionales para defender los derechos de los periodistas a estar informados, a reunir materiales y publicar información, así como a criticar y a supervisar.
Los usuarios chinos de Internet han sido capaces de dar voz a sus opiniones sobre los asuntos de Estado, además de supervisar y reportar sobre las agencias gubernamentales y los funcionarios públicos, a través de la red, puntualizó Liu.
"Muchos escándalos de corrupción y de violación de los derechos fueron desvelados primero por los usuarios de Internet, y llamó la atención del gobierno", anotó el experto.
"De hecho, la libertad de expresión siempre ha tenido límites legales y políticos", sostuvo Liu.
La presión impuesta a los medios de comunicación de Occidente para escribir artículos políticamente correctos representa un ejemplo típico de contención que pone límites a la libertad de expresión, explicó Liu.
Durante mucho tiempo han existido restricciones legales a la libertad de expresión, añadió, y citó una decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos en 1925 en la que la corte estadounidense aclaró que "la libertad de expresión y de prensa asegurada por la Constitución no confiere un derecho absoluto a expresar o publicar...".
Este caso consolidó la doctrina sobre un "peligro claro y presente" que determina bajo qué circunstancias se pueden imponer restricciones a la libertad de expresión.
El veredicto estableció un principio legal según el cual los juzgados estadounidenses pueden actuar para penalizar discursos u otras formas de expresión, aseguró.
Debido a los fraudes, los robos de identidad y las difamaciones que ocurren en línea, el público se ha dado cuenta de que es necesario recurrir a la legislación para frenar las expresiones irresponsables, añadió Liu.
La máxima legislatura de China aprobó unas regulaciones el 28 de diciembre de 2012 para intensificar la protección de la información personal en línea.
La legislación, que se basó en un gran consenso, muestra el respeto de China por la libertad de expresión, concluyó Liu.