La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que su gobierno tiene controlada la inflación y que está haciendo un gran esfuerzo para evitar que no se salga de la meta prevista para este año, tras situarse en 5,91 por ciento en 2013.
"Hemos hecho un esfuerzo enorme para tener una inflación más baja, un poco por arriba del valor del año pasado, pero dentro de la meta. Estamos haciendo un esfuerzo grande para contenerla", afirmó Rousseff en una entrevista radiofónica concedida a la radio nacional.
Por su parte, el Banco Central de Brasil difundió este día su previsión inflacionaria para el mercado financiero, del 6,01 por ciento en 2014 y del 5,60 por ciento en 2015.
Rousseff también se refirió en la entrevista al tema de la seguridad dentro de las prisiones brasileñas, tras la polémica surgida en las últimas semanas por el incidente ocurrido el año pasado en el penal de Pedrinhas en Maranhao (noreste), donde murieron 59 presos.
El incidente motivó entonces la ocupación de las instalaciones por parte de elementos de la Fuerza Nacional de Seguridad.
Señaló que el gobierno tiene previsto invertir 1.100 millones de reales (unos 470 millones de dólares) en el sistema presidiario, para crear 47.000 nuevos espacios que ayuden a reducir el hacinamiento existente en las cárceles brasileñas.
"Nosotros, por lo menos en mi gobierno y en el gobierno del presidente Lula, nunca dijimos que la violencia era un problema de los estados y que por lo tanto nos lavamos las manos. Otros gobiernos alegaron ésto, pero nostoros no", dijo.
De acuerdo con el Centro Internacional de Estudios de Prisión, en agosto del año pasado Brasil ocupó el cuarto lugar a nivel mundial en cuanto al número de reclusos (después de Estados Unidos, China y Rusia).
Para esa fecha, los penales brasileños albergaban alrededor de 550 mil reclusos y el año pasado se registraron 218 fallecimientos violentos en su interior, según datos oficiales.