Medios venezolanos recordaron hoy lunes el aniversario número 11 de que una alianza de derecha, opositora al gobierno constitucional del entonces presidente Hugo Chávez, convocó a un paro patronal que desembocó en un sabotaje a la industria petrolera de Venezuela.
El paro duró 63 días, pero fue desarticulado por el Poder Popular, según reseñaron los medios del país.
Posterior al fracaso del golpe de Estado de abril de 2002, y al restablecimiento del hilo democrático, los grupos de derecha continuaron con su estrategia desestabilizadora para ocasionar el desabasto de alimentos y combustible, con el propósito de crear un estallido social y el hundimiento del Estado.
Ante esa situación, se consultó al presidente de la Asociación Civil Víctimas del Paro (Videlpa), Andrés Giussepe, quien expresó que "lo acontecido entre el 2 de diciembre de 2002 hasta el 4 de febrero de 2003, hay que tipificarlo como el hecho más relevante y dramático ocurrido durante toda la historia de la industria petrolera venezolana".
El economista recordó que el sabotaje contra la industria petrolera nacional, que comenzó ese lunes 2 de diciembre, configuró una serie de hechos delictivos confabulados por los sectores opositores al gobierno de Hugo Chávez Frías para intentar derrocarlo por la vía económica.
Esto ocurrió apenas siete meses después de haberlo derrocado por la vía militar el 11 de abril de 2002; en ambos casos, el líder de la Revolución Bolivariana logró salir airoso.
Cifras publicadas por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) reflejan que esta acción perpetrada por la derecha arrojó daños directos a la industria por más de 15.400 millones de dólares, mientras que las pérdidas totales para la nación se estiman en más de 20.000 millones de dólares.
Ante este panorama se originó una contracción de 9,2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la actividad económica cayó en 27,7 por ciento.
Con la escasez de combustible los venezolanos fueron sometidos a largas colas en las bombas de gasolina, y miles debieron esperar camiones con gas licuado, ya que el déficit de bombonas para cocinar alcanzó un 50 por ciento.
Las acciones del sabotaje petrolero consiguieron restringir, entre otras actividades, la producción de combustibles aeronáuticos, gasolina, gasoil, gas doméstico, así como el transporte desde los centros de producción o refinación hacia los centros de suministro comercial.
Además, se afectó la distribución de alimentos y el translado de enfermos hacia los centros de atención para ese entonces.