Por Ren Weidong
Pekín, 10/01/2013(El Pueblo en Línea)- Últimamente, las relaciones bilaterales y multilaterales entre China, Japón, EEUU y las dos Coreas son sensibles y complejas, lo que ha hecho que la situación en la región de Asia Pacífico sea aún más delicada.
En los tiempos modernos, el centro de gravedad geopolítico mundial estuvo en Europa y más tarde incluyó a los EEUU. Con la guerra fría, Washington no sólo acabó con el único rival hegemónico a nivel mundial, la Unión Soviética, sino también mantuvo su control firme en Europa. La década posterior al fin de la guerra fía, es decir los años noventa, el enfoque estratégico de EEUU todavía estaba en Europa. En la década siguiente, ese centro se desplazó a Asia Central, especialmente al Oriente Medio.
En la segunda década del siglo XXI, el centro de la estrategia mundial de EEUU comenzó a desplazarse a la región de Asia Pacífico, situando a Pekín como su claro y principal adversario, ya que China es el único país, después de la caída de la Unión Soviética, que puede competir con los EEUU en todas las áreas.
Por supuesto, las ganancias y pérdidas en la región de Asia Pacífico no sólo afectan las perspectivas de desarrollo y el estatus internacional de China y Estados Unidos, sino también de muchos otros países. Con el desarrollo gradual de la región, es claro que el centro de gravedad geopolítico mundial está desplazándose desde Europa hasta la región de Asia Pacífico.
Estados Unidos está forjando una situación geopolítica de una nueva Guerra Fría en la región de Asia Pacífico. Además de fortalecer aún más sus antiguas alianzas militares, los esfuerzos de Washington presentan nuevas características: en primer lugar busca establecer alianzas para contrarrestar a China. Por ejemplo, ha fortalecido las relaciones con Vietnam en el campo económico, político y especialmente militar, ha mejorado las relaciones con Myanmar y ha comenzado a descongelar las relaciones con Laos. En segundo lugar procura construir una red estratégica con el centro en Estados Unidos. En tercer lugar, busca fortalecer el despliegue militar en el Sudeste Asiático, por ejemplo impulsando a Japón a desarrollar sus fuerzas armadas, desplegando buques de combate en Singapur y volviendo a la base militar marítima en la bahía de Subic, Filipinas. En cuarto lugar, procura llevar a cabo una división económica. EEUU ha impulsado fuertemente el Acuerdo de Asociación Transpacífico, excluyendo a China.
En este proceso de restablecimiento de una nueva Guerra Fría en la región de Asia Pacífico, la actitud de Japón es sumamente positiva. Es evidente que ambos países coinciden en que lo más importante es contener a China. Sin embargo, el precio a pagar son los frutos obtenidos de la guerra antifascista, socavando el orden de la región luego de la guerra y acabando con la base política de paz en la región del Asia Pacífico, lo que traerá un inevitable trastorno a la situación regional.
De hecho, la mayoría de los países de la región se opone a una nueva Guerra Fría. A excepción de Japón, la gran mayoría de los países de la región de Asia Pacífico son reacios a elegir explícitamente uno de los bandos y desean un equilibrio estratégico entre las potencias, con la esperanza de aumentar su seguridad y ampliar su espacio de ganancias.
(El autor es investigador del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China)