El Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) reiteró hoy su preocupación por la situación en el oriente de la República Democrática del Congo (RDC) y pidió la implementación del marco aprobado para consolidar la paz en el país.
"Los integrantes del Consejo de Seguridad reiteraron su preocupación por la frágil situación de seguridad en el terreno", se indicó en una declaración que leyó a la prensa el representante permanente de Australia ante la ONU, Gary Quinlan, quien ocupa en septiembre la presidencia rotatoria del CSNU.
Tras recibir un informe por videoconferencia de la enviada especial para la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, y del representante especial del secretario general para la RDC Martin Kobler, el consejo elogió la visita realizada por los enviados de la Unión Africana, la Unión Europea y Estados Unidos a la RDC, Ruanda y Uganda del 3 al 7 de septiembre para promover la paz en la región.
Los integrantes del consejo apoyaron la implementación de los compromisos estipulados en el Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la RDC y la región adoptado en febrero en Addis Abeba, capital de Etiopía.
El marco firmado por 11 países en presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pide a la RDC profundizar la reforma del sector de seguridad, en particular con respecto al ejército y la policía; consolidar la autoridad del Estado en el oriente de la RDC, incluyendo el evitar que los grupos armados desestabilicen a sus vecinos.
El consejo de 15 miembros solicitó a todos los signatarios cumplir de buena fe sus compromisos, lo cual es esencial para lograr una paz y una seguridad duraderas en el oriente de la RDC y en la región de los Grandes Lagos, indicó la declaración.
Los integrantes del CSNU esperan la próxima reunión del Mecanismo de Supervisión Regional que se realizará el 23 de septiembre en Nueva York.
En el transcurso del año pasado, el grupo militar rebelde M23, radicado en el oriente de la RDC, se unió a otros grupos armados y se enfrentó en repetidas ocasiones a las fuerzas nacionales de la RDC. Los enfrentamientos se reanudaron el mes pasado, aunque en esta ocasión se involucró un grupo de rebeldes radicados en Uganda.
De acuerdo con cifras de la ONU, los enfrentamientos han provocado el desplazamiento de más de 100.000 personas, lo que exacerba la actual crisis humanitaria de la región que ha dejado 2,6 millones de personas desplazadas internas y 6,4 millones en necesidad de ayuda alimentaria y de emergencia.