TOKIO, 15 ago (Xinhua) -- El ministro japonés de Reforma Administrativa, Tomomi Inada, visitó el polémico santuario Yasukuni la tarde de este jueves, poco después del discurso pronunciado por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en la ceremonia para conmemorar el 68 aniversario de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Alrededor de 6.000 personas asistieron a la ceremonia organizada por el gobierno en Tokio para rendir tributo a unos 3,1 millones de japoneses fallecidos durante la guerra.
En su discurso, Abe no mencionó la agresión de Japón durante la guerra en Asia, algo que los premieres japoneses habían hecho durante la conmemoración anual desde 1994. A diferencia de los discursos de años anteriores, Abe tampoco "prometió no librar una guerra".
La paz y la prosperidad actuales, dijo, se lograron con el sacrificio de quienes murieron en la guerra. El premier de línea dura prometió afrontar el pasado con humildad, tener presente las lecciones de la guerra y luchar por construir un futuro lleno de esperanza.
El emperador Akihito también pronunció un discurso durante la ceremonia, en que expresó sus esperanzas de que los horrores de la guerra nunca se repitan. Se lamentó por los muertos en la guerra y rezó por la paz mundial y la continua prosperidad de Japón.
Abe, quien estuvo representado por su asesor Koichi Hagiuda, presentó una ofrenda al santuario como jefe del Partido Liberal Democrático.
China condenó enérgicamente la visita realizada este jueves por miembros del gabinete de Japón al santuario Yasukuni. El viceministro de Relaciones Exteriores de China, Liu Zhenmin, convocó esta mañana al embajador japonés en China, Masato Kitera, para presentar una protesta formal al respecto, informó Hong Lei, portavoz de la cancillería china.