BEIJING, 15 ago (Xinhua) -- China condenó enérgicamente la visita realizada este jueves por miembros del gabinete de Japón al santuario Yasukuni.
El viceministro de Relaciones Exteriores de China, Liu Zhenmin, convocó esta mañana al embajador japonés en China, Masato Kitera, para presentar una protesta formal al respecto, informó Hong Lei, portavoz de la cancillería china.
La visita de los miembros del gabinete japonés al santuario Yasukuni, donde se rinde tributo a 14 criminales de guerra japoneses de clase-A caídos durante la guerra, en el 68 aniversario de la rendición de Japón en la II Guerra Mundial, desafía abiertamente la justicia histórica y la conciencia humana, sostuvo Hong.
Esta visita hirió los sentimientos del pueblo chino, así como de todos los demás países asiáticos víctimas de Japón en la guerra, agregó.
El problema del santuario Yasukuni cuestiona la capacidad de Japón de afrontar su pasado militarista e historial de invasión, y si respeta los sentimientos de los pueblos de los países asiáticos víctimas de su agresión, según Hong.
"La actitud de la clase gobernante japonesa respecto a sus conflictos históricos, incluido el problema del santuario Yasukuni, concierne a la fundación política de las relaciones chino-japonesas", dijo Hong.
Independientemente del título bajo el que se realice, la visita de los líderes japoneses al santuario Yasukuni niega y glorifica el militarismo y su pasado de agresión, así como desafía los resultados de la II Guerra Mundial y el orden internacional establecido después de la guerra. Esto provocará la firme oposición de China y su condena unánime junto a otros países asiáticos, manifestó.
Hong también reiteró que Japón tiene que mirar al futuro a través del espejo de su historia y urgió al país a cumplir con sus compromisos de reflexionar profundamente sobre su pasado militarista y realizar esfuerzos tangibles para ganarse la confianza de la comunidad internacional.
"De lo contrario, las relaciones de Japón con sus países vecinos en Asia no tendrán futuro", opinó el vocero.
Las repetidas visitas al santuario por parte de los líderes y los legisladores japoneses se han convertido en uno de los principales obstáculos para el desarrollo de los lazos de Japón con los países vecinos, especialmente con China y la República de Corea, quienes sufrieron mucho durante la invasión de Japón en la II Guerra Mundial.