La policía de Sri Lanka impuso hoy un toque de queda en algunas partes de la capital debido a los enfrentamientos multitudinarios por segundo día en torno a una mezquita.
El vocero de la policía, Budhika Siriwardena, dijo que se impusó el toque de queda hasta la mañana del lunes en la zona de Grandpass, en Colombo, con el fin de reducir la violencia.
Con anterioridad, algunos ministros musulmanes mandaron una carta enérgica al presidente Mahinda Rajapaksa para exhortarle a tomar acciones severas contra los responsables del ataque contra una mezquita en Grandpass.
La policía antidisturbios y comandos policíacos fueron desplegados para reforzar la seguridad alrededor de la mezquita y para dispersar a las multitudes reunidas en las calles.
También se celebró una reunión en el Ministerio de Asuntos Religiosos para alcanzar una solución al respecto.
Los ministros de gobierno Champika Ranawaka y Rishard Badhudeen y el viceministro Faizer Mustapha visitaron el lugar y se reunieron por separado con integrantes de las comunidades musulmana y cingalesa para discutir sus inquietudes.
Los monjes budistas y sus simpatizantes en la zona demandan que la mezquita provisional sea reubicada, pero los musulmanes de la zona se niegan al traslado.
Imágenes de circuito cerrado de televisión muestran a las multitudes dirigidas por monjes atacando a la mezquita provisional y algunas casas musulmanas cercanas el sábado por la noche. Los musulmanes respondieron y atacaron algunas casas cingalesas.
El sábado por la noche se decretó un toque de queda policial, pero fue levantado el domingo. Sin embargo, volvieron a estallar las tensiones el domingo por la tarde, lo que obligó a las autoridades a acordonar el área y a imponer un toque de queda local.
El Consejo Musulmán de Sri Lanka (CMSL), el principal órgano musulmán del país, condenó el ataque contra la mezquita y pidió al presidente que presente ante la justicia a los perpetradores de manera imparcial.