Hesham Qandil, primer ministro durante el gobierno del destituido presidente Mohamed Morsi, propuso hoy un plan para disminuir las crecientes tensiones en el país, el cual se encuentra altamente polarizado por las divisiones entre los simpatizantes y los oponentes del líder islamista.
La primera de tres fases del plan propone la liberación de todos los presos políticos arrestados después del 30 de junio, día en que fue destituido Morsi, y la suspensión de la decisión de congelar los fondos de los islamistas.
El plan también pide el establecimiento de una comisión independiente de investigación en torno a la muerte de más de 50 personas afuera del cuartel de la Guardia Republicana y permitir que una delegación visite al líder destituido para enterarse de su estado de salud.
Qandil también pidió el aplacamiento de las campañas de ataque en los medios realizadas por ambas partes, islamistas y liberales.
El miércoles, el ministro de Defensa de Egipto, Abdel-Fattah al-Sisi, convocó a la realización de protestas masivas el viernes con el fin de autorizar al ejército y al Ministerio del Interior para combatir el terrorismo y la violencia. Por otra parte, la Hermandad Musulmana pidió llevar a cabo una marcha multitudinaria ese mismo día en apoyo a Morsi, luego de describir el llamado de Al-Sisi como una declaración de guerra civil.
Sobre los enfrentamientos esperados para el viernes, Qandil aconsejó a los manifestantes que no asistan a las marchas, sino que permanezcan en lugares fijos para manifestarse.
Como una segunda fase, el ex primer ministro enfatizó que preservar los intereses supremos del país y la legitimidad de su pueblo y evitar el colapso de las instituciones del Estado en la búsqueda de una vía democrática, son los principios generales en los que deben ponerse de acuerdo.
Tras apaciguar la ira, garantizar la salud de Morsi y aprobar los principios generales "podemos empezar con la tercera fase de la iniciativa, que es el mapa de ruta de Al-Sisi", dijo Qandil.
Las fuerzas armadas destituyeron el 3 de julio a Morsi en respuesta a la demanda de millones de manifestantes y anunciaron un mapa de ruta para el período de transición.
Sin embargo, a la sesión inaugural del miércoles del diálogo de reconciliación nacional, convocado por el presidente interino Adli Mansour, asistieron principalmente partidos liberales y de izquierda, es decir, fue boicoteada por los islamistas.