(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – El Gobierno de Corea del Norte dio este fin de semana un portazo a la posibilidad de rebajar la tensión en la península al rechazar una propuesta de diálogo de su homólogo de Corea del Sur que calificó de “cascara vacía” y “estratagema astuta para ocultar la política (…) dirigida a la confrontación”.
Una nota de la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA da cuenta del desplante a la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, justo un día antes de la celebración del 101 aniversario del natalicio de Kim Il Sung, fundador de la República Popular Democrática de Corea.
Pyongyang considera absurdo sostener conversaciones justo cuando Estados Unidos y Corea del Sur llevan a cabo maniobras militares próximas a su territorio, en las que participan aviones y embarcaciones con capacidad para efectuar un ataque nuclear.
“¿Bajo estas circunstancias, es posible llevar a cabo un diálogo? Ese diálogo no tendría ningún sentido”, añade la nota, que responsabiliza a Washington y Seúl por el clima de tensión que se vive estos días en la península de Corea.
La inteligencia surcoreana, indicó EFE, considera que Pyongyang podría realizar próximamente, a modo de prueba, uno o varios lanzamientos para conmemorar el aniversario del nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung, la mayor festividad en Corea del Norte, donde se le llama “Día del Sol”.
Debido a los preparativos para el señalado día, el ambiente este domingo en Pyongyang se mostró relajado y festivo, sin signos tangibles que apunten a un lanzamiento inminente, según informaciones remitidas por la oficina que la agencia de noticias japonesa Kyodo tiene en la capital norcoreana.
Grupos de ciudadanos elegantemente vestidos depositaron flores frente a las efigies de Kim, que falleció en 1994, mientras banderitas nacionales y otros símbolos conmemorativos decoraron las calles principales de la ciudad, por donde se disputó una maratón con participantes de una decena de países, señaló Kyodo.
La mayoría de los expertos de Corea del Sur creen que el Gobierno liderado por Kim Jong-un, nieto de Kim Il-sung, no tiene intención de iniciar una guerra y emplea su reciente cadena de amenazas como una estrategia para reforzar la posición de su Gobierno totalitario dentro del país y de cara al exterior.