El reciente asesinato de tres mujeres kurdas en París no bloqueará la iniciativa de paz del gobierno turco encaminada a poner fin a tres décadas de insurgencia que han dejado miles de muertos, dijo hoy un funcionario turco.
"Algunas personas pueden haber intentado sabotear (el proceso), pero la voluntad para una solución en la sociedad es tan fuerte que no considero que vayan a sabotear este proceso", dijo Yalcin Akdogan, consejero en jefe del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, en una entrevista con el diario Hurriyet Daily News publicada hoy.
Tres mujeres kurdas fueron encontradas muertas la semana pasada en el Instituto Kurdo en el centro de París, cada una con un balazo en la cabeza.
El incidente se produce en un momento en el que el gobierno turco ha reanudado las pláticas con Abdullah Ocalan, líder preso del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Como parte del nuevo proceso, Ocalan, quien cumple una sentencia de cadena perpetua en la isla de Imrali, también se reunió a principios de enero con diputados kurdos del parlamento.
Hay temor entre el público turco en el sentido de que el asesinato de las mujeres kurdas, afiliadas al PKK, pueda dañar la iniciativa de paz.
"Por el contrario, la resolución ha sido aún más subrayada; la voluntad para continuar con el proceso y alcanzar una solución ha aumentado", dijo Akdogan.
Las declaraciones de Akdogan fueron seguidas por la visita de hoy a la isla de Imrali de Mehmet Ocalan, hermano del líder preso del PKK, una señal de que el proceso de paz continúa.
Por otra parte, el jueves se celebrará un funeral público en la provincia sudoriental de Diyarbakir en memoria de las mujeres kurdas asesinadas en París la semana pasada.
Se espera que una gran multitud reciba los cuerpos de las mujeres a su llegada al aeropuerto de Diyarbakir antes de sepultarlas en sus lugares de origen individuales.
El PKK, considerado como una organización terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea, tomó las armas en 1984 en un intento por crear un país sobre líneas étnicas en el sureste de Turquía. Desde entonces, más de 40.000 personas han muerto en conflictos relacionados con el grupo.