La dimisión del presidente sirio Bashar al-Assad no constituye una precondición para resolver la crisis de su país, afirmó el domingo el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov.
La idea de que Assad debe dimitir primero es una precondición, "que no se menciona en el Comunicado de Ginebra y no puede ser cumplida", indicó Lavrov tras conversaciones sostenidas con su homólogo ucraniano, Leonid Kozhara.
Los comentarios del canciller ruso se produjeron dos días después de su encuentro en Ginebra con Lakhdar Brahimi, enviado especial de la ONU y la Liga Arabe en Siria, y el subsecretario de Estado norteamericano William Burns.
El presidente sirio propuso la semana pasada un plan para poner fin a la crisis, el cual incluye una conferencia de reconciliación nacional, la formación de un nuevo gobierno y una amnistía.
La oposición siria ha rechazado la iniciativa de paz, calificándola de "retórica vacía".
Lavrov consideró que la propuesta de Assad no es "difícil de alcanzar", y pidió planteamientos por parte de la oposición siria sobre "cómo empezar el diálogo", según la agencia de noticias RIA Novosti.
Siria está enfrascada en una sangrienta guerra civil entre las tropas gubernamentales y las fuerzas de la oposición desde marzo de 2011. Según estimaciones de la ONU, más de 60.000 personas han muerto en el conflicto.