Grecia fue presa hoy de una nueva huelga de 24 horas en el sector público pues manifestantes protestaron una vez más por los dolorosos programas de austeridad y reforma que tienen por objetivo sacar al país de una posible moratoria.
Miles de trabajadores públicos, incluidos empleados municipales y maestros, choferes de autobús y controladores de vuelos, tomaron las calles del centro de Atenas para participar en una movilización organizada por su sindicato protector ADEDY.
Los huelguistas denunciaron la nueva ronda de recortes en los salarios y pensiones a partir del 1 de enero, la nueva inciativa de ley fiscal que introduce una carga adicional a los hogares promedio y el esquema de reserva laboral promovido para reducir la cantidad de empleados del sector público.
Bajo el plan de reserva laboral, alrededor de 25.000 funcionarios públicos serán suspendidos por un año con salarios reducidos hasta que sean transferidos a otras organizaciones fusionadas o sean despedidos.
"Mejor pongan al gobierno en reserva laboral. Eliminen la deuda soberana griega", cantaron los protestantes mientras marchaban hacia el edificio del parlamento, mientras tanto, los vuelos fueron cancelados y los hospitales operaron con el personal mínimo.
A los huelguistas de ADEDY se unió el sindicato del sector privado, GSEE, que pidió un paro laboral de tres horas y el grupo PAME, de filiación comunista, realizó una protesta por separado.
"Esta es nuestra respuesta a las políticas del gobierno que nos llevaron a la pobreza", dijo a Xinhua Despina Spanou, vicepresidente de ADEDY.
"Los recortes a los salarios, pensiones, los nuevos impuestos insoportables, los despidos, el esquema de reserva laboral, el colapso de los servicios públicos y del bienestar del país. Todos estos son elementos de la política del gobierno que destruye la sociedad. Respondemos a esta política con movilizaciones hoy y a los próximos días", agregó.
Mientras que el país se dirige a su sexto año de gran recesión luego de tres años de una austeridad pronunciada, el gobierno de coalición de tres partidos dominado por los conservadores, parece determinado a cumplir las metas establecidas por los acreedores de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para liberar el financiamiento vital que hasta ahora ha mantenido al país a flote.
Sin los paquetes de ayuda de rescate, Grecia enfrentaría la perspectiva de una moratoria desordenada y una potencial salida del euro, lo que provocaría un efecto dominó en toda la eurozona y la economía global.
Pero los manifestantes en las calles de Atenas han reiteradamente señalado en los últimos tres años que había maneras alternativas de enfrentar los problemas y promover la justicia social. Además, apoyan la transferencia de la carga a los ricos y a los corruptos, que son responsables de la crisis.
"Nuestro camino es distinto al que el gobierno sugiere. Ellos deben renunciar y nosotros debemos ir a elecciones de nuevo. Ellos hicieron promesas distintas; implementaron políticas distintas y medidas anticonstitucionales", Konstantinos Stamatis, empleado del gobierno regional de la prefectura de Attica, dijo a Xinhua en la Plaza Syntagma.
Seis meses después de las últimas elecciones generales que resultaron en un gobierno a favor de la reforma, las encuestas de opinión recientes mostraron que a pesar de las señales positivas de los prestamistas, la mayoría de los griegos sigue frustrada por la política mixta impuesta y rechaza una mayor austeridad.
Los pasajeros en Atenas enfrentarán más problemas en el transporte el jueves pues los sindicatos de transporte masivo realizarán una huelga de 48 horas. Otros sindicatos examinarán sus próximas acciones en las siguientes semanas.
"Continuaremos luego de vacaciones con una meta: derrocar estas políticas y a quienes las implementaron", dijo Spanou a Xinhua.