Cuba amaneció hoy con cintas amarillas por doquier, como un mensaje simbólico al gobierno de Estados Unidos para que libere a cuatro nacionales presos desde hace 15 años acusados de conspirar para cometer espionaje.
En La Habana, la mayoría de las personas salieron a las calles vestidas con alguna prenda de ese color, o portando pulseras, lazos en el pelo, en los puños o en la solapa de blusas y camisas.
Muchos árboles de importantes avenidas están rodeados de gigantescos lazos amarillos, que adornan también uno que otro balcón o ventana de viviendas, o antenas de vehículos.
La manifestación simbólica responde a una convocatoria de René González, uno de los cinco cubanos detenidos el 12 de septiembre de 1998 en la ciudad estadunidense de Miami, donde monitoreaban a grupos extremistas que organizan, financian y ejecutan acciones terroristas contra la isla desde la Florida.