Las autoridades ambientales en Colombia han estado llevando a cabo campañas desde el 2010 para erradicar al caracol africano (achatina fulica), especie invasora que llegó al país sudamericano y que está afectando la flora y fauna de las regiones tropicales, incluidas algunas cabeceras de ciudades importantes, informaron hoy a Xinhua fuentes oficiales.
Dicha especie originaria de Kenia, Mozambique y Tanzania, ingresó a Colombia desde algún país fronterizo o desde las Antillas menores, donde algunas personas presuntamente pensaron que su baba podría ser utilizada para fines medicinales como rejuvenecer la piel o aliviar las venas várices, entre otras molestias.
Además, que fue ingresado posiblemente como mascota de algún niño o como un alimento exótico, concretamente para "rejuvenecer".
El profesor asociado Edgar Linares del Instituto de Ciencias Naturales de la facultad de Ciencias de la estatal Universidad Nacional, declaró que dicha especie se encuentra en algunos sectores de los cascos urbanos de 112 municipios, en 26 departamentos de los 32 que integran el país andino, donde se iniciaron campañas pedagógicas para controlar esa especie.
"La mayoría de esos municipios están por debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Reitero están (los caracoles) en los cascos urbanos y todavía no se han esparcido a los campos. En Colombia, él no se ha movido sino que la gente lo moviliza de una región a otra", declaró Linares en entrevista con Xinhua.
Según el biólogo, el caracol africano o también conocido como "gigante", tiene particularidad de comer todo (polífago) lo que se encuentra a su paso, pues puede ingerir desde frutas, animales muertos o excremento de ratón o seres humanos, lo que lo hace en ese momento en un molusco peligroso para los humanos o incluso los animales domésticos.
Linares comentó que hasta el momento el caracol africano se ha encontrado en huertas, jardines e incluso en las paredes con estuco, pues también puede ingerir ese material.
"Las personas en los pueblos y algunas ciudades están padeciendo algo que antes no conocían, entonces lo que están haciendo es quemar los árboles donde estaban los caracoles y destruyendo el medio ambiente", añadió.
El profesor explicó que las autoridades ambientales han estado trabajando para erradicar dicho animal, por lo que desde el 2010 el Ministerio del Medio Ambiente lanzó alertas para frenar el traslado por parte del hombre, quien hasta la fecha continúa realizando esta labor y de esa manera afectando la fauna y flora.
"Hay que decirle a las personas que no necesitamos el caracol, ya que nos puede generar más problemas de los que tenemos. Proteger a los campesinos para que no les llegue a los cultivos porque después nadie les puede quitar ese animal de allí. La opción de muchos será ponerles veneno, pero tenemos que aplicar mucho y de esa manera terminamos contaminando el agua y el suelo", aseveró Linares a Xinhua.
Dijo que actualmente hay una "invasión biológica" y el propósito es detener al caracol africano antes de que éste afecté más al ser humano y su entorno, concretamente en los cascos urbanos.
Por su lado, el estatal Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente de la ciudad de Cali (Dagma) realiza campañas educativas para erradicar el caracol africano en esa urbe del suroeste del país, la tercera en importancia de Colombia, donde han sido recogidos durante este año más de 8.000 moluscos que han sido incinerados.
"En la ciudad antes estaba focalizado al sur, pero luego se dispersó por toda la ciudad y vemos la necesidad de iniciar una campaña más agresiva en el sentido de vincular a un mayor número de personas (...) empezamos a hacer campañas en zonas criticas en los barrios de la comuna 17, donde hemos recolectado alrededor de 8.000 caracoles en lo que va corrido de este año", dijo a Xinhua Javier Caña, jefe de Control de Flora y Fauna Silvestre del Dagma.
Caña recordó que el caracol africano tiende a salir más cuando hay temporadas de lluvias, que es cuando más personas llaman más a los centros telefónicos del Dagma a reportar la presencia del molusco, que es recogido por personal entrenado.
"Lo que tenemos por ahora es la recolección manual y recogemos desde huevos hasta animales adultos (...) no utilizamos ningún tipo de insecticida para erradicar dicho animal por los riesgos que se corren al aplicarlo", comentó el funcionario.
El integrante del Dagma dijo que la idea no es provocar pánico entre las personas por la presencia del caracol, pero sí alertar cuando vean a uno de ellos sea recolectado.