Por Gerardo Laborde
MONTEVIDEO, 1 mar (Xinhua) -- Fiel a su estilo contrario al protocolo, el presidente de Uruguay, José Mujica, cumple hoy el tercer aniversario de su investidura sin actos oficiales por la fecha ni balances formales de gestión.
Como si fuera un día más de su administración, esta mañana habló en su audición radial pero sin mencionar la fecha.
Dedicó la media hora de su espacio a pedir un debate sobre el bloque regional Mercosur (Mercado Común del Sur) y a defender un impuesto a las grandes extensiones de tierra, cuyos recursos apuntan a mejorar la infraestructura del medio rural.
Hace tres años, Mujica solicitaba en su discurso de asunción, en Montevideo, la colaboración de la sociedad en la lucha contra la pobreza y en favor de la masificación del conocimiento.
Tenía la responsabilidad de suceder a su exitoso compañero de la coalición Frente Amplio (FA) y primer mandatario de izquierda, Tabaré Vázquez (2005-2010), quien abandonaba el poder con una popularidad inédita superior al 60 por ciento.
Y a los 77 años, Mujica parece encaminado a cumplir sus dos principales objetivos.
En 2011, la pobreza se ubicó en 12,1 por ciento de la población, el nivel más bajo desde 1963, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Otro de los desvelos presidenciales se concretó: la votación del proyecto de la Universidad Tecnológica (Utec) en el interior del país, que ahora deberá plasmarse en los hechos.
A esto se suma que, pese a algunas señales de desaceleración, la economía habrá crecido en 2012 un 4 por ciento -completando la décima expansión consecutiva- y que los niveles de desempleo están en un mínimo histórico cercano al 6 por ciento.
EL PENULTIMO AÑO
El año pasado, Mujica dijo varias veces que 2012 debía ser el año "bisagra" de su gobierno para plasmar las realizaciones.
"Hay cosas que si no se hacen este año después será mucho más difícil concretar", explicaba una y otra vez.
Ahora, en 2013, tiene la última oportunidad para efectivizar sus logros, aunque su administración finaliza en marzo de 2015.
Así lo manifestó hoy el politólogo y director de la consultora Factum, Oscar Bottinelli, entrevistado en la radio FM Cero.
"Este es el último año efectivo de gobierno. Es pues el último año que le queda al presidente para impulsar nuevos proyectos, para aterrizar proyectos que por ahora son meras ideas, para corregir cosas que no funcionan bien, para afianzar las cosas que funcionan bien", opinó.
Es que en octubre de 2014 se celebrarán las elecciones generales que tendrán como escala previa los comicios primarios en los que se eligen los candidatos de cada partido.
"Sin duda, con campaña electoral a la vista, el presidente necesita por un lado consolidar el gobierno, consolidar los elencos de gobierno, terminar con las guerras intestinas. Todo el esfuerzo debe concentrarse en acelerar proyectos, aterrizar ideas y superar errores", aseguró Bottinelli.
Según una de las últimas encuestas disponibles, divulgadas en diciembre por la empresa Cifra, el nivel de popularidad de Mujica y el de aprobación a su gobierno aumentaron hasta 50 y 40 por ciento, respectivamente, desde 46 y 36 por ciento de noviembre.
AUTOCRITICA PRESIDENCIAL
Mujica reveló que la "principal autocrítica" de su gestión de gobierno fue su política de concordia con la oposición al iniciar su mandato en 2010.
Lo declaró en una entrevista realizada a principios de febrero, que divulgó esta semana el periódico "Correo Socialista".
"Quise ayudar a que se construyera una concordia nacional en todo lo posible, y fue como engordar un chancho con galletitas", graficó en su lenguaje coloquial.
A poco de comenzar el segundo gobierno del FA, Mujica logró que los opositores partidos Nacional (PN) y Colorado (PC) se integraran a los directorios de las empresas públicas y los organismos de contraloría.
El hecho fue histórico, ya que la oposición -que había liderado el FA hasta 2005, cuando llegó al poder- no accedía a esos puestos de control desde 1990.
Además, Mujica firmó en 2011 con el PN y PC un inédito pacto educativo para devolver el poder político a los consejos educativos y dotar de mayor autonomía a los centros de enseñanza, que para la oposición no llegó a implementarse.
"Mi composición idealista fue pensar: somos 'cuatro gatos locos', no puede ser que no podamos encontrar 10, 12 cosas importantes y acordar para no tener un país fracturado por esas cosas. Y no se pudo", sostuvo Mujica a "Correo Socialista".
A su entender, el fracaso pasó "porque lo importante es el asiento, y la pelea no es por ideas, es por el asiento. Entonces nos miran y piensan: como están estos advenedizos, que se quedaron con los cargos".
Mujica dijo en esa nota que antes de llegar a la Presidencia ya era "bastante realista" y conocedor de las "trabas" que iba a encontrar, porque fue ministro de Ganadería en el gobierno de Vázquez.
"Fui ministro, es decir, que ya hice un curso preparatorio (de las dificultades). No marcharemos a 100 kilómetros (por hora), marcharemos a 30, pero marcharemos", concluyó.
Mujica, quien no puede aspirar a la reelección inmediata según la Constitución, señaló que "hay que apoyar la candidatura de Tabaré Vázquez" para las próximas elecciones, dirigente que aún no ha confirmado su postulación.