Relaciones Rusia-Cuba son sólidas y estratégicas, dice Medvedev |
El presidente del Gobierno de la Federación de Rusia, Dimitri Medvedev, afirmó hoy que las relaciones entre su país y Cuba son históricas, sólidas, estratégicas y se encuentran en un camino ascendente.
Un comunicado oficial difundido en La Habana indicó que, en esta visita de Medvedev a la isla, las partes analizaron las relaciones internacionales, la situación alimentaria mundial y los peligros a los que está sometida la humanidad por el incremento de los precios, así como los efectos nocivos que está sufriendo el medio ambiente y la amenaza del cambio climático.
Sobre esos nexos bilaterales, el dignatario dijo a la prensa en La Habana que no existe obstáculo alguno que impida elevar al máximo nivel los vínculos bilaterales y la cooperación, sobre todo en el quehacer económico, humanitario o en decisiones de Gobierno.
El primer ministro ruso reiteró el rechazo de Moscú al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, y afirmó que esa política debe levantarse por el bien de los dos pueblos.
Medvedev opinó que existen amplias perspectivas de desarrollo de los nexos y la cooperación entre su país y la ínsula, sobre todo en las esferas de energía, industrias, de las altas tecnologías, la medicina o la investigación espacial.
Afirmó que el actual intercambio comercial, de poco más de 200 millones de dólares, no es suficiente, pero es posible incrementarlo en los próximos años.
El dignatario destacó, asimismo, el creciente interés de los turistas rusos en visitar la isla y, a modo de ejemplo, precisó que sólo en 2012, la cifra de vacacionistas de esa nación que llegaron a Cuba superó los 90.000.
El primer ministro ruso afirmó que los nexos de Moscú con América Latina y el Caribe son estratégicos e independientes de asuntos con otras naciones de la región.
Medvedev evaluó a América Latina y el Caribe como una zona en pleno desarrollo económico y de grandes potencialidades.
Señaló que el acercamiento de su país a esta zona no se debe a problemas relacionados con la política de Washington de ejercer una mayor influencia en la región, sino a la manera soberana en que Rusia sostiene sus relaciones.