El gobierno de Brasil condenó "con indignación" en la noche del miércoles el atentado ocurrido en la Universidad de Aleppo, en el norte de Siria, que resultó en la muerte de al menos 80 civiles desarmados, incluidos estudiantes.
Al condenar vehementemente el ataque, Brasil se sumó a las manifestaciones del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
"Brasil extiende su solidaridad a todos aquellos afectados por ese repulsivo acto y reafirma la indispensabilidad de que haya un proceso independiente de investigación, de modo que se identifique y responsabilice a los culpables", señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil en un comunicado.
El gobierno brasileño instó al secretario general de la ONU y a toda la comunidad internacional a "redoblar sus esfuerzos diplomáticos con vistas a poner fin a la violencia en Siria por medio de una solución respaldada por el sistema multilateral, tal y como se establece en el Comunicado del Grupo de Acción sobre Siria emitido en 2012".
Aleppo, una ciudad que data del siglo XIII considerada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, ha sufrido graves daños desde el inicio de la crisis en Siria, dos años atrás.
El conflicto interno armado en Siria entre las fuerzas del presidente Bashar al Assad y sus opositores políticos comenzó en marzo de 2011, y de acuerdo con estimaciones de la ONU, ha dejado hasta el momento cerca de 60.000 muertos.