El gobierno del presidente Michel Martelly afirmó hoy que Haití es uno de los países más seguros en el Caribe, con base en un reporte de las Naciones Unidas en el cual se establece que tiene la tasa de criminalidad más baja de la región.
El gobierno de Haití rechazó así la clasificación hecha por la Oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, que ubica al país caribeño dentro de las 10 naciones más peligrosas del mundo, hecho que Puerto Príncipe interpretó como un "abuso contra la imagen" del país.
El primer ministro haitiano Laurent Lamothe dijo este lunes que la seguridad de los turistas es una prioridad del gobierno, asunto en el cual trabaja con sus socios en Estados Unidos y Canadá para reforzar y profesionalizar a la policía haitiana, cuya debilidad es una de las preocupaciones de la comunidad internacional.
"Quiero decirle al mundo que Haití es uno de los lugares más seguros para visitar en el Caribe y América Latina", afirmó Lamothe.
"Me gustaría tranquilizar a todos los haitianos en la diáspora (los que viven fuera del país) y a los turistas que vienen a Haití, entendiendo que hay zonas que deben evitarse como en todas las capitales del mundo", agregó el primer ministro.
Lamothe citó un reciente informe de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en el cual se ubicó a Haití entre los países con el menor índice de criminalidad en América Latina y el Caribe.
Este lunes el Ministerio de Comunicación de Haití cuestionó a la Oficina de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, por no tomar en cuenta la Declaración de Ginebra sobre violencia armada que "no menciona a Haití entre los 58 países más violentos en el mundo".
En un comunicado, ministerio de Comunicación señaló que situaciones como la creada por el Reino Unido bloquea los esfuerzos de Haití "que intenta reconstruirse en un contexto difícil, heredado de un devastador sismo cuya memoria próxima nos preparamos a conmemorar el 12 de enero".
El gobierno haitiano pidió la intervención de las organizaciones defensoras de los derechos humanos para detener los "abusos contra la imagen" del país.
Haití luchó el año pasado contra una espiral de violencia provocada por el secuestro, la delincuencia común, el narcotráfico y el crimen organizado, que dejó en promedio casi un centenar de víctimas por mes.
La Plataforma de Organizaciones Haitianas de Derechos Humanos (POHDH) señaló en un informe que 800 personas fueron asesinadas en 2012 y que la mayoría de los crímenes no han sido castigados todavía por el Poder Judicial, "mientras los esfuerzos del gobierno en nada ayudan a mejorar la situación de los haitianos más vulnerables".
La semana pasada Haití rechazó enérgicamente la advertencia hecha días antes por Estados Unidos en torno a la supuesta inseguridad que existe en el país caribeño, donde dos ciudadanos estadounidenses fueron asesinados el año pasado, según el Departamento de Estado.
El primer ministro haitiano dio garantías de la seguridad que impera en todo el territorio y aseguró que su país está abierto a los negocios, del mismo modo que espera que a lo largo de este año nuevos inversionistas y visitantes se adhieran a los que "ya están aprovechando las múltiples ventajas que ofrece" Haití.
En junio pasado Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que viajen a Haití o que residan en este país, la adopción de medidas de precaución si se desplazan por ciertos sectores de la capital, en particular los que se encuentran en la zona periférica, debido a un peligroso aumento de la inseguridad.
Canadá hizo la misma recomendación en noviembre de 2012.
En agosto pasado la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó en un informe sobre un aumento de la inseguridad en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
La seguridad en el país está a cargo de la Policía Nacional de Haití, que cuenta con unos 10.000 efectivos para una población cercana a 12 millones de habitantes, a lo cual se suma una misión de la ONU que comenzó la reducción de su personal en Haití.