Ecuador se encamina a comicios en febrero de 2013, casi seis años después de que Rafael Correa, quien buscará otra reelección como presidente, asumiera las riendas del gobierno y pusiera fin a más de una década de inestabilidad política, en la que este país sudamericano tuvo ocho jefes de Estado de 1996 a 2007.
Más de 11,6 millones de ecuatorianos (de una población total de 14,6 millones) están convocados a las urnas para elegir presidente, vicepresidente, 137 congresistas y cinco representantes ante el Parlamento Andino, en los comicios generales del 17 de febrero.
En cuanto a la disputa por la Presidencia para una gestión de cuatro años (2013-2017), las próximas elecciones estarán marcadas por la polarización de la oposición, en la que hasta ahora hay al menos siete aspirantes, que enfrentan la alta popularidad de Correa.
Según encuestas locales recientes, el escenario político a pocos meses de la contienda favorece a Correa, que mantiene un alto apoyo popular.
Sondeos de las firmas privadas Cedatos y Perfiles de Opinión arrojaron que el presidente Correa lidera con 52 y 56 por ciento la intención de voto, respectivamente, más del doble de puntos que el más cercano de sus rivales hasta ahora definidos.
La consulta de Cedatos da al aspirante de la derecha Guillermo Lasso apenas 15 por ciento de las intenciones de voto en la carrera presidencial, aunque Perfiles de Opinión es más optimista y su sondeo muestra un 23 por ciento de apoyo al ex banquero.
Más abajo aún está el ex presidente Lucio Gutiérrez (2003-2005), a quien estas firmas apenas ubican con 7 (Cedatos) y 9 (Perfiles) por ciento de las posibilidades.
Con este escenario, a escasos dos meses de la elección, los analistas políticos locales sostienen que los aspirantes opositores tienen pocas probabilidades de ganar a Correa, quien ha sabido posicionarse en la clase media, en sectores indígenas y campesinos, y en la población urbano-marginal que se ha constituido en su leal electorado.
El experto en campañas electorales Antonio Tramontana abre una posibilidad para la oposición, en la disputa de la Presidencia con Correa.
El analista prevé que la elección tendrá que irse a segunda vuelta, a celebrarse el 7 de abril próximo, en el que la oposición podrá enfrentar con mayor fuerza al oficialismo.
"Cada día, para esta elección, todo se da para que haya una segunda vuelta", sostuvo Tramontana, quien opinó que hay condiciones para que un candidato opositor crezca.
"Hay una masa que busca un sustituto o un verdadero contendor distinto a Correa", expuso el experto en comicios.
Este candidato que unifique a la oposición, en una eventual segunda vuelta, podría ser el ex banquero Guillermo Lasso, el más cercano rival -aunque aún distante- de Correa.
De acuerdo con la legislación ecuatoriana, si ningún aspirante a la Presidencia obtiene el 50 por ciento de los votos en las urnas, los dos punteros deberán enfrentarse en una segunda vuelta, una posibilidad en estos momentos muy lejana para la oposición, dadas las intenciones de voto que según las encuestadoras citadas mantiene Rafael Correa.
LIDERAZGO
Desde que asumió el poder en 2007 -tras ganar las presidenciales del año anterior- y conseguir una primera reelección en 2009 para un nuevo mandato, gracias a la nueva Constitución de 2008, Rafael Correa ha venido escalando popularidad en su país.
Representantes de varios sectores políticos y sociales consideran que Ecuador vive la era del "correísmo" tras el fracaso de las élites que gobernaron con visión neoliberal.
Analistas políticos coinciden en que Correa, de 49 años, tiene liderazgo, carisma y gran capacidad de oratoria para comunicar y llegar con su mensaje al pueblo ecuatoriano, cualidades que le distinguen de sus rivales rumbo a la elección.
Además, desde las dos elecciones presidenciales anteriores, la oposición está dividida, débil y carente de una estrategia para vencer a Correa en las urnas, en las que ha ganado seis votaciones durante su gobierno, que incluyeron la aprobación de la nueva Carta Magna y un referéndum para reorganizar la justicia y regular a la prensa.
De hecho, estos triunfos abonaron para que la oposición no converja en un aspirante único, como sucedió en Venezuela con Henrique Capriles, candidato de la derecha para las presidenciales de octubre pasado, quien a la postre perdió por amplio margen contra Hugo Chávez, quien resultó reelecto para otro periodo de seis años.
"El hecho de no existir una sola oposición unida en un frente puede beneficiar a Correa, puesto que habrá una dispersión del voto", afirmó el analista Mauro Cervino.
Medios de prensa, con los que Correa mantiene una tensa relación, y sectores de la oposición, sostienen que las elecciones presidenciales de febrero se perfilan difíciles ya que habrá que enfrentar al "candidato Estado", en alusión al mandatario. Según el asambleísta opositor, Andrés Páez, Correa ha venido utilizando los recursos estatales para hacer campaña y su informe de labores radio televisado de los sábados para atacar a sus oponentes.
"Es penoso que un presidente utilice un espacio financiado con los recursos estatales para desprestigiar. El presidente está haciendo trampa antes de iniciar la campaña", opinó.
El Consejo Nacional Electoral explicó que cualquier prohibición al gobierno o funcionarios para criticar a los candidatos entrará en vigencia una vez que se convoque a la campaña electoral, que iniciará el 4 de enero.
En los próximos comicios el objetivo de los partidos tradicionales y de la oposición es también ganar la mayoría de puestos en la Asamblea Nacional (Congreso unicameral), donde el oficialista movimiento Alianza País (izquierda), que llevó al poder a Rafael Correa, es el principal bloque con 54 escaños de un total de 124.
También se prevé que para estas próximas elecciones, el 61 por ciento de los actuales asambleístas buscará la reelección.
El resto de postulantes son nuevos actores políticos, como periodistas, artistas, deportistas y hasta reinas de belleza, a quienes algunos analistas culpan de "farandulizar" el ejercicio de la política.