El paro por 24 horas al que convocaron centrales sindicales opositoras al gobierno argentino rige este martes, con más de 160 cortes de rutas y calles, y alto acatamiento entre trabajadores ferroviarios y de aeropuertos.
La medida se convocó en reclamo de la elevada inflación, las políticas de ajuste y en demanda de un cambio del esquema de impuestos a los salarios de trabajadores.
Tiene lugar 11 días después de una masiva movilización popular en todo el país contra el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.
Fue convocada por Hugo Moyano, líder del sector de la Confederación General del Trabajo (CGT), adversario de Fernández, y por Pablo Micheli, referente del sector opositor al gobierno de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
"A pocas horas del paro, está paralizado el país", aseguró en declaraciones a radios bonaerenses el dirigente Abel Frutos, del gremio de los Panaderos, aliado a Moyano.
Del cese de actividades tomaban parte los gremios bancarios, del transporte aéreo y de carga terrestre, los portuarios y agropecuarios.
En cuanto a los transportes, funcionaban dos de las ocho líneas que ingresan a la ciudad de Buenos Aires, cuatro de las seis líneas del metro de la capital argentina y con normalidad los servicios de colectivos.
Además de la CGT y la CTA, participa de la medida la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que organizó junto con la Federación Agraria Argentina más de 160 cortes de ruta en todo el país, varios de ellos en los accesos a Buenos Aires.
El ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, pidió a los organizadores que no sometan como "rehenes" a quienes quieran ir a trabajar, y el viceministro de Seguridad, Sergio Berni, les atribuyó un intento de "generar caos".