El presidente estadounidense, Barack Obama, participa en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, en Washington D.C., capital de Estados Unidos de América, el 14 de noviembre de 2012.
Después de las elecciones, Washington sigue siendo muy similar a como era antes. La Casa Blanca y el Senado se encuentran en manos de los demócratas y la Cámara de Representantes se encuentra controlada por los republicanos. Si los dos partidos no llegan a ningún acuerdo sobre temas como las alzas fiscales y los recortes en el gasto, a principios de 2013 se producirá un recorte en el presupuesto federal tan profundo como un precipicio.
"Si el Congreso no actúa para fines de este año, los impuestos de todos subirán de manera automática", advirtió Obama. "No podemos darnos el lujo de ampliar los recortes fiscales de Bush para los ricos. Lo que sí podemos hacer es asegurarnos de que los impuestos de la clase media no suban... Si logramos establecer esto, de hecho eliminaremos la mitad del precipicio fiscal".
Obama admitió que no es posible para los republicanos simplemente adoptar su plan y dijo que "no todo el mundo obtiene el 100 por ciento de lo que desea y nadie va a quedar perfectamente feliz".