Los cubanos respiraron hoy tranquilos tras el exitoso debut de la selección nacional ante Brasil, en la primera ronda del III Clásico Mundial de Béisbol en el Grupo A, que incluye a las novenas de Japón y China, y se disputa en la ciudad nipona de Fukuoka.
El partido, transmitido en vivo en señal abierta por la televisión de la isla, resultó una convincente victoria cubana de cinco carreras por dos, lo que conjuró la preocupación de muchos aficionados, quienes consideraban a los brasileños como una selección con posibilidades, luego de haber caído apretadamente ante Japón por 5-3.
El equipo se vio bastante bien, y el pitcheo respondió, aunque habrá que esperar a ver qué hacen ante novenas de mayor nivel, dijo a Xinhua el septuagenario Raúl Montano, un hombre que aseguró ser un estudioso de la pelota.
Montano señaló que la selección nacional tiene una defensa y una línea central muy buenas, y la ofensiva cuenta con la potencia de bateadores como Alfredo Despaigne, Frederich Cepeda, Yulieski Gourriel, José Dariel Abreu y Alexei Bell.
"Los brasileños podían sacarnos un susto", dijo a Xinhua Juan Carlos Gandarilla, un joven aficionado que confesó haber visto el partido hasta el final, que llegó cuando estaba avanzada la madrugada en la isla.
Como la mayoría de los cubanos, para quienes el béisbol más que un deporte es casi una religión, Gandarilla anunció sus vaticinios, al considerar que la novena antillana superará fácil mañana lunes a China, y así logrará su pase anticipado a la segunda ronda, con independencia de lo que le suceda en el choque final ante los japoneses.
Y en ese sentido hay coincidencia entre expertos y aficionados, pues todos dan por cierta la victoria cubana ante China mañana, para asegurar el pase a la segunda ronda en Tokio, adonde también pudiera llegar la representación nipona, además de Corea del Sur y Taipei de China por el Grupo B.
Del grupo que se conformará en la capital japonesa para la segunda vuelta, sólo viajarán dos equipos a San Francisco, sede de la final del torneo, y allí Cuba tendría ante sí a Japón, que le ganó en las dos ediciones del Clásico (2006 y 2009), y Corea del Sur, que también la derrotó en un par de ocasiones en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
La mayor ventaja de los cubanos es que sus jugadores, aficionados todos, están en plena forma deportiva, pues están activos desde hace meses en la Serie Nacional y tienen cohesión como equipo, algo que no ocurre con varios de sus rivales.
En contraste, la selección bajo el mando del ex jardinero Víctor Mesa la integran 18 jugadores que debutan en el Clásico, entre ellos varios que por primera vez visten la camisa con las cuatro letras del equipo grande.
Entre los novatos cubanos sobresale el joven Yasmani Tomás, quien juega en el más popular club cubano, Industriales, de La Habana, y quien es considerado por la mayoría de los entendidos como uno de los mejores prospectos del béisbol cubano en la actualidad.
"Salimos convencidos de que somos capaces de llegar hasta San Francisco para luchar por el título, y yo me siento confiado. Es el torneo más difícil que he enfrentado, todos los rivales tienen una gran calidad, pero nosotros también, y lo vamos a demostrar", dijo Tomás a la televisión local.
Antes de iniciar el torneo, los cubanos realizaron una gira por Asia con varios topes con equipos profesionales y algunas de las selecciones que después intervendrían en el III Clásico.
"Siento que hemos adquirido ahora el punto que nos faltaba cuando estuvimos por aquí el pasado noviembre", dijo el mentor Mesa al hacer balance de toda la preparación.
El jefe técnico de la Federación Cubana, Jorge Fuentes, dijo en noviembre último que Cuba está en condiciones de ganar el Clásico, aunque pidió más disciplina y calidad a los involucrados en el campeonato.
En marzo de 2006, la selección cubana jugó en Puerto Rico la fase inicial del I Clásico Mundial, competencia en la que terminó en segundo lugar al perder en la final frente a Japón, por 10 carreras a seis.
En el II Clásico, disputado en marzo de 2009, la novena de la isla no pudo ni siquiera clasificar a la segunda ronda, al caer en dos ocasiones ante los lanzadores nipones por 6-0 y 5-0, y terminó en el sexto lugar, su peor resultado en cinco décadas en torneos internacionales.
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