Autoridades deportivas mexicanas rindieron un homenaje de cuerpo presente al medallista olímpico Noé Hernández, quien falleció el miércoles a causa de un coágulo pulmonar, dos semanas después de sobrevivir a un balazo en la cabeza.
En una breve ceremonia efectuada en la sede del Comité Olímpico Mexicano (COM) en la Ciudad de México, el presidente del COM, Carlos Padilla y el ministro de deportes, Jesús Mena, montaron una guardia de honor al ex marchista, quien fue subcampeón olímpico en Sidney 2000.
"Noé ha trascendido por su vocación de servicio y participación y porque siempre estuvo orgulloso de sus raíces, su familia y su país", dijo el único orador en la ceremonia, el presidente de la Asociación de Medallistas Olímpicos Mexicanos, Daniel Aceves.
Al homenaje póstumo también acudieron los medallistas olímpicos Bernardo Segura, bronce en marcha en Atlanta 1996; Juan Paredes, bronce en boxeo en Montreal 1976 y Fernando Platas, plata en clavados en Sidney 2000.
El pasado 30 de diciembre, Hernández recibió un balazo a la altura de la sien, en medio de un tiroteo en un bar del estado de México (centro), donde se desempeñaba como secretario de Deportes del gobierno regional, que de 2005 a 2011 encabezó el ahora presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
Hernández que perdió el ojo izquierdo y tenía afectada la visión en el derecho tras la agresión, permaneció una semana en el hospital de donde salió con pronóstico favorable de recuperación.
Sin embargo, el ex atleta falleció el miércoles al mediodía a causa de un coágulo pulmonar mientras reposaba en su casa en el municipio de Chimalhuacán, en el Estado de México.
Hernández se colgó una de las seis medallas que obtuvo México en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000: una de plata en la prueba de los 20 kilómetros de caminata y llegó detrás del multicampeón olímpico y mundial, el polaco Robert Korzenowski.