El Sao Paulo brasileño conquistó hoy su primer título de la Copa Sudamericana, al imponerse por 2-0 sobre el Tigre de Argentina, en una final jugada solamente en el primer tiempo a raíz de conflictos entre los jugadores de ambos equipos.
El árbitro chileno Enrique Osses optó por cerrar el partido y proclamar campeón al Sao Paulo, pese a haberse jugado solamente la primera etapa, tras esperar por cerca de 30 minutos el regreso a la cancha de los jugadores del Tigre, quienes alegaron haber sido agredidos y amenazados con armas por agentes de la Policía Militar en los vestuarios.
Tras el empate sin goles en la ida, jugada la semana pasada en Buenos Aires, el tricolor paulista y el visitante Tigre ingresaron a la cancha en igualdad de condiciones, aunque los locales tenían en su favor la superioridad técnica y el apoyo masivo de su hinchada.
El joven media punta Lucas, quien se despidió hoy del equipo para trasladarse al francés Paris Saint Germain, luego de una negociación millonaria del orden de los 55,4 millones de dólares,inauguró el marcador del estadio Morumbi del Sao Paulo, en el minuto 23 y dio el pase para que Oswaldo marcase el segundo tanto, cinco minutos más tarde, para la alegría de las cerca de 70.000 personas presentes al estadio .
Sin embargo, los episodios de violencia que ocurrieron en el partido de ida y causaron la expulsión del zaguero Alejandro Donatti, del Tigre y del artillero del Sao Paulo, Luis Fabiano, volvieron a repetirse este miércoles en una escala mayor, obligando al final anticipado del duelo.
Las cosas se calentaron cuando el Sao Paulo ya vencía por dos goles de diferencia. A los 39', Lucas Orbán lastimó con un codazo a su tocayo brasileño, quien tuvo que recibir atención médica fuera de la cancha por estar sangrando intensamente en el rostro, mientras que el árbitro siguió con el partido, sin marcar faltas.
Al final del primer tiempo, estalló un conflicto entre los jugadores, después que Lucas provocó a Orbán, al mostrarle el algodón manchado de sangre que estaba en su nariz y por poco el choque entre los dos equipos no se convirtió en una batalla campal.
Al parecer las cosas empeoraron aún más durante la pausa. Según Lucas, los argentinos intentaron invadir el vestuario del Sao Paulo pero fueron impedidos de hacerlo por los guardaespaldas del club local.
Mientras tanto, los argentinos acusaron a los agentes de la Policía brasileña de agredir y amenazar a los integrantes del equipo, incluso con armas de fuego y se negaron a volver a la cancha, llevando Osses a declarar el Sao Paulo campeón y desatando los festejos de la multitud presente al Morumbi que no conmemoraba un título del tricolor paulista desde hace tres años.