El gobernador de Brasilia, Agnelo Queiroz, decretó hoy jueves luto oficial de siete días en la capital brasileña por la muerte del arquitecto Oscar Niemeyer, el padre arquitectónico de esta ciudad, patrimonio cultural de la Humanidad.
Queiroz lamentó la muerte del arquitecto y dijo que Brasilia se siente "huérfana".
"Brasilia llora por Niemeyer el mismo llanto sentido y nostálgico de los huérfanos. Pues es así, hija, que la ciudad siempre se sintió con relación a Oscar", dijo la nota del gobernador.
Añadió que "Nuestro espíritu urbano es tan fuerte y peculiar como las curvas que dominan el concreto y se visten del cielo azul del Cerrado".
Según el gobernador, es necesario preservar el legado arquitectónico de Niemeyer, muerto anoche a los 104 años de edad.
"Mucho por mérito suyo, nosotros los brasilienses tenemos la gracia de habitar una ciudad monumento, patrimonio cultural de la Humanidad. Hoy es día de tristeza, pero también es día de gritar que debemos a este gran brasileño el legado de preservarla", agrega.
El primer edificio inaugurado en Brasilia fue el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia de la República, en junio de 1958, y los pilares de su fachada se convirtieron en el emblema de la capital.
Otros edificios proyectados por Niemeyer fueron el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia -donde el arquitecto está siendo velado-, el Supremo Tribunal Federal, el Congreso Nacional, el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, y la famosa Catedral Metropolitana, un emblema de Brasilia.
Conocido militante comunista, Niemeyer es considerado uno de los mayores arquitectos del siglo XX y el más importante entre los brasileños, con obras en diversos países del mundo, como Francia, España, Argelia e Italia.
Niemeyer participó además, junto a su amigo francés Le Corbusier, en el diseño original del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.