El número de brasileños que depende de diferentes programas sociales del gobierno subió la última década, dijo hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En 2001 el número de familias dependientes de las ayudas económicas gubernamentales fue del 5,3 por ciento, pero en 2011 subió hasta 31,5 por ciento, dijeron los datos del IBGE.
El peso de renta cuyo origen era el trabajo cayó en igual período de 80,5 al 62 por ciento, mientras que la participación del salario de la jubilación también bajó del 14,3 al 6,5 por ciento.
A su vez, las transferencias económicas de los programas del gobierno brasileño a los más necesitados aumentó entre aquellos que reciben 25 por ciento del salario mínimo del 3,1 al 11,5 por ciento, lo que el IBGE atribuyó a una pérdida en la participación de las rentas del trabajo.
La jubilación también repercutió en este último rubro al pasar de 78,4 al 73,7 por ciento y del 18,5 al 14,8 por ciento, respectivamente, entre 2001 y 2011.
El IBGE retrató, con base en los datos recogidos, un perfil de la población más pobre brasileña, con una renta de hasta una cuarta parte del salario mínimo.
En este segmento, la mayoría vivía en familias numerosas (4,1 personas de media, en comparación con el promedio general de 3), tienen menos años de escolaridad (4,2 años contra la media de 7) y más hogares con niños de hasta 14 años que estaban liderados por una mujer ( 27 por ciento frente a la media de 6,3 por ciento).
Además, entre este grupo de población, los negros y mulatos también eran mayor (un 74,4 por ciento).
Aunque en los últimos años la población negra ha vivido una mejora económica, en 2011 la población de color brasileña ganaba 16,1 por ciento del 1 por ciento de los más ricos, y 82,3 por ciento de los más pobres. En 2001, los porcentajes eran del 9,3 por ciento y 87,2 por ciento, respectivamente.