Mark Bailey
36 años, técnico de ESPN, Los Angeles.
Mi primera experiencia con una letrina en China fue en un mercado de Pekín en el año 2000. Todas las guías advierten sobre el sistema de ponerse en cuclillas, por lo que no me cogió por sorpresa. Es mejor que un árbol o arbusto.
Lo que me sorprende es que 12 años, los aseos aún no tienen ni lavabos, ni jabón, ni puertas que ofrezcan una privacidad para letrina. Donde quiera que vaya, llamo la atención por ser extranjero y en los baños esa atención puede resultar bastante incómoda.
La experiencia más extraña fue en un tren. Cuando tiré de la cadena, me sorprendió ver las vías del tren a toda velocidad por debajo y a la vez, una corriente de aire que entraba por la letrina.
Cada vez hay más baños de estilo occidental. La mayoría de los aseos tradicionales se encuentran en edificios antiguos.
Lee Ross
38 años, ingeniero de Honolulu, Hawaii
Prefiero las letrinas porque son mucho más higiénicas. No tengo que tocar el asiento del retrete. Tiene sentido que los chinos lleven poniéndose en cuclillas desde hace siglos.
China ha recorrido un largo camino, y está comenzando a limpiar aseos y a acabar con los malos olores. Mi primera experiencia con un aseo chino fue en una estación de tren de Guangzhou, en 1992. Era como un agujero de desechos. Fue asqueroso. Tuve que contener la respiración y no mirar hacia abajo. Fue difícil para mí, ya que los aseos en Hawaii son muy limpios y huelen a perfume.
En aquel momento, el papel higiénico en China era como papel de lija. Rosa pero muy áspero. Además no existían las cisternas por lo que los desechos se acumulaban en montañas. Por supuesto, eso ahora sería impensable.
Espero que las letrinas no desaparezcan del todo ya que son parte del encanto de China.
Emily Zhang
19, un estudiante en Berwyn, Pensilvania
Nací en Pekín pero me mudé a Pennsylvania con mis padres cuando tenía 2 años. No fue hasta hace 13 años que regresé a Pekín y vi un aseo público.
Nunca había visto una letrina así que no supe que hacer. Casi no pude hacer mis necesidades. Sin embargo, mi abuelo pidió a una limpiadora de aseos que me enseñara a usarlo. Con suerte yo era muy joven, de lo contrario me hubiese dado mucha vergüenza.
Más tarde usé otros aseos públicos que no tenían puertas o separación entre letrinas; eran simplemente agujeros en el suelo.
Ahora que he vuelto a Pekín no veo mucha mejora. Los aseos públicos en Estados Unidos son mucho más agradables, al menos tienes privacidad entre retrete y retrete.
Michele DelGiorno
30 años, gerente de una clínica en Somerdale, Nueva Jersey.
Tengo que reconocer que los baños en China ponen a prueba a los extranjeros. Me he encontrado en situaciones en las que he tenido que usas letrinas en Italia, por lo que no fue duro para mí. Que no haya papel o jabón también lo llevo bien, ya que en mi bolso siempre llevo el mío propio.
Sin embargo, algo a lo que no me puedo acostumbrar es a los aseos que tienen el sistema de canalización unido en forma de canal, por lo que lo que ves pasar las necesidades de otros por el desagüe de tu letrina. Una vez entré a un aseo con un amigo y a él se le cayó un recibo del bolsillo al desagüe. Fue muy extraño ver flotar su recibo por el desagüe conectado entre nuestras letrinas. Además, la mayoría de los aseos todavía no tienen puertas.
La principal diferencia entre los aseos de China y los de EE.UU son los estándares de higiene y accesibilidad. En Estados Unidos, los aseos deben tener acceso para disminuidos físicos, pero ese no es el caso de China. En EE.UU, si algún restaurante tuviese baños sin accesibilidad para discapacitados, las autoridades lo cerrarían de inmediato.
No creo que haya habido una gran mejora, pero los restaurantes de Pekín y Shanghai tienen aseos más limpios.