QUITO, 10 dic (Xinhua) -- La nueva cúpula de las Fuerzas Armadas de Ecuador asumió hoy funciones, tras ser designada el pasado 5 de diciembre por el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, mediante decretos ejecutivos.
Las nuevas autoridades fueron presentadas en una ceremonia militar en Quito, encabezada por el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín.
Los generales de división Roque Moreira y Javier Pérez asumieron como nuevo jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y comandante del Ejército, respectivamente.
Como comandante de la Armada asumió el contralmirante Darwin Jarrín, y como comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, el brigadier general Mauricio Campuzano.
En su primer discurso, Moreira afirmó que "el mando tendrá abiertas sus puertas a todas las iniciativas que contribuyan a fortalecer a la institución".
Pero "seremos inflexibles con quienes atentan contra su honor, con los que fomentan la indisciplina", señaló el jefe militar a sus subordinados.
"La disciplina es instrumento fundamental de una institución jerarquizada y la lealtad parte de la naturaleza de nuestra profesión", agregó el nuevo jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Por su parte, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, indicó que las Fuerzas Armadas se están reinstitucionalizando "alejados de todo principio político-ideológico que no viene con relación a las Fuerzas Armadas, subordinación de la institución militar a la autoridad política y democráticamente constituida".
Añadió que en enero de 2019 enviará a la Asamblea Nacional (Congreso unicameral) una nueva Ley de Personal y de Disciplina Militar para recuperar el liderazgo.
En octubre pasado, siete militares en servicio activo se vieron involucrados en un presunto tráfico de armas, municiones y explosivos, y delincuencia organizada en la frontera norte con Colombia.
Por este caso, la Fiscalía abrió una investigación y un juez ordenó su prisión preventiva.
Los siete uniformados, junto a otros siete civiles, también involucrados, fueron arrestados en siete allanamientos a recintos militares en cuatro provincias del país.
Los detenidos son investigados por su presunta vinculación con Walter Arizala alias "Guacho", líder del Frente "Oliver Sinisterra", conformado por disidentes de la extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.