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Jorge Luis González, un cubano contra las vicisitudes de la vida

Actualizado a las 10/12/2018 - 09:50
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Por Raúl Menchaca

LA HABANA, 9 dic (Xinhua) -- El cubano Jorge Luis González se comporta como cualquier otra persona, pues trabaja, cuida de sus hijos y practica el ciclismo todos los días con la pasión de un deportista de élite.

Su vida sería común y corriente si no se sabe que tiene amputada la pierna izquierda casi a la altura de la ingle, luego de un terrible accidente automovilístico ocurrido en septiembre de 2002, cuando regresaba a su casa en la ciudad de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana.

En noviembre del año anterior, el huracán Michelle azotó con dureza a la isla, donde dejó cinco muertos, 700.000 evacuados, cuantiosas pérdidas económicas y miles de damnificados.

Ingeniero industrial graduado en la Universidad de Matanzas, González fue uno de los cientos de cubanos que se movilizaron a ayudar a los damnificados, y después de estar dos semanas en la Ciénaga de Zapata, volvía a su vida normal cuando el accidente le cambió el futuro.

El ómnibus en que viajaba de vuelta perdió el control en una curva y se volcó en un aparatoso suceso en el que resultó herido en las dos piernas, pero la izquierda quedó aprisionada y por ende sin circulación sanguínea, lo que obligó a los médicos a amputarla.

"A mí me gustaba mucho el maratón, pero después que perdí la pierna no tenía otra opción que dedicarme a otro deporte y el ciclismo fue el escogido, porque siempre me gustó mucho", cuenta este hombre de 54 años mientras se prepara para correr 130 kilómetros sobre su bicicleta.

González toma parte en la carrera Clásica 200 Kilómetros Excelencias del Motor, que disputan cada año aficionados al ciclismo repartidos en dos categorías, los mayores de 50, quienes corren 130 kilómetros, y los menores de esa edad, que pedalean 200 kilómetros.

Es un trayecto que va desde las afueras de La Habana hasta la ciudad de Pinar del Río, en el extremo oeste de la isla, en una lid competitiva que premia a todos los mayores de 50 que cumplan el itinerario antes de las seis horas, y a los menores de esa edad que lleguen antes de las siete horas.

El año anterior, González sorprendió a todos con una escapada de 50 kilómetros que le permitió convertirse en el primer discapacitado en subir al podio, con un tiempo de cinco horas y 57 minutos.

El singular ciclista admite que no esperaba ese resultado, pues había planificado hacer unas siete horas y media, aunque aprovechó las circunstancias y se unió a la escapada junto a otros pedalistas.

Padre de cuatro hijos, tres niños y un varón, para cada competencia entrena a diario entre 60 y 70 kilómetros y, cuando se acerca la carrera, para completar su forma deportiva óptima, hace largos tramos de velocidad.

Por supuesto que, tras la amputación, montarse en una bicicleta fue una experiencia nueva, en la que tuvo que lograr primero el equilibrio y después mejorar el pedaleo con una sola pierna, hasta que fue perfecto.

Ahora, 14 años después, con un pedaleo perfecto, González se ha ganado el respeto de sus rivales y sobre todo de la afición, que premia el esfuerzo de este hombre, admirador del joven canadiense Terry Fox (1958-1981), quien tras perder su pierna derecha por un cáncer recorrió más de 5.300 kilómetros en 143 días para hacer conciencia sobre esa enfermedad.

La carrera Clásica 200 Kilómetros Excelencias del Motor, que organiza en la isla la revista española "Excelencias", reúne a casi 300 pedalistas, hombres y mujeres la mayoría aficionados, pero también a los miembros de las selecciones nacionales de Cuba.

El ciclismo tiene una larga tradición popular en Cuba donde, sobre todo en las localidades del interior, la bicicleta constituye un importante medio de transporte.  

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