BEIJING, 9 dic (Xinhua) -- En 1979, el fotógrafo italiano Adriano Madaro tomó una foto de la zona de Pudong de Shanghai, ciudad oriental china, que por aquel entonces era un terreno baldío.
La foto fue mostrada comparándola con otra tomada este año por el fotógrafo chino Zhu Yaozhong en la misma región que muestra el distrito lleno de rascacielos.
La disposición especial de la exposición, celebrada por la Asociación de Fotógrafos de China y el gobierno municipal de Zhengzhou, tiene como objetivo mostrar el enorme cambio que tuvo lugar en China en las últimas cuatro décadas.
"Estoy muy orgulloso de presenciar la reforma y apertura de China", indica Madaro, que ha hecho 208 viajes al país asiático desde 1976.
El italiano viajó mucho por China y tomó más de 35.000 fotos preciosas del país en los primeros días de la reforma y apertura.
"Es como si los gritos de '¡Date prisa!' y los sonidos aún retumbaran en mis oídos", asegura Madaro cuando señala una foto tomada en una estación de ferrocarriles en la ciudad de Luoyang.
Madaro desarrolló su interés en China en su niñez. Cuando tenía cuatro años leyó un libro titulado "Sueños de niños" y tras acabarlo soñaba con viajar al país asiático. A las seis años comenzó a aprender carácteres chinos.
Como fotoperiodista, Madaro se ha comprometido a retratar China de manera veraz con sus cámaras. Durante la epidemia de SARS en 2003, viajó a Beijing para informar del incidente a pesar del gran riesgo de ser infectado. Sus reportajes muestran una imagen verdadera de la epidemia así como los esfuerzos de China para luchar contra el brote.
Madaro, que es también un sinólogo reconocido, ha publicado más de diez libros sobre China, incluidos "China, 700 años tras Marco Polo", "En el gran país desconocido más allá del muro" y "Flor de papel, poemas de China", de los cuales varios han sido traducidos al chino.
En los últimos 40 años, Madaro también organizó numerosas exposiciones sobre China en Italia, incluidas unas sobre la antigua Ruta de la Seda y la cultura tibetana, con el fin de construir un puente entre China y Occidente para aliviar la brecha cultural entre ambas partes.
"China ha sufrido penurias", sostiene Madra. "En el curso del viaje épico de la reforma y apertura de China, la actitud espiritual y el modo de vida del pueblo chino han realizado transformaciones importantes".
"Me dedico a documentar el desarrollo de China", señala. "Una mitad de mi corazón se queda en China para siempre", concluye.